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Polonia Polonia · Galitzia
Voto de Valkiria:
5
Romance. Drama. Comedia Holly Golightly es una bella joven neoyorquina que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante, por ejemplo, desayunar contemplando el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura. (FILMAFFINITY)
17 de octubre de 2008
63 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada le pediré disculpas a Miquel porque me voy a reiterar en lo mismo: "Desayuno con Diamantes" es una película infantil, sin pies ni cabeza.

Ya está. Ya lo he dicho.

Los votos a partir de 5 estrellitas, que es mi apuesta máxima por esta película están regalados y son un despilfarro. Lo que ocurre aquí dentro, sospecho, es que hay mucho mitómano cegado por los diamantes de Tiffany’s y por la espectacular belleza de Audry. Ni aún así es justificable que esté alzada a la Meca del cine (la película, no ella). Hoy se contempla como el clásico con mayúsculas, por el Moonriver que nos conmueve a todos y por Audry. Punto final, ahí se acaba todo y no hay discusión posible, menos a objetar que esta película es absurda. Hoy vendría a ser algo parecido a “Algo pasa con Mary”, no digo más. Claro que a "Algo pasa con Mary" le pondré un 1 y a "Desayuno..." un 5, que tampoco soy del todo inmune al fanatismo cinéfilo.

La escena: Audry, guapísima cantando en la ventana el Moonriver. Hay un tema musical mítico y una actriz mítica. No puedo más que rendirme a esa evidencia porque me parece maravillosa, ella. Y sólo por ella, la película merece ser vista. Pero paremos ahí: todo lo demás es confeti, nubes de algodón, un carnaval, un sinsentido y una serie de diálogos que nadie comprende. Si están escritos por Capote, menos me sorprende aún. Capote es la maruja de la literatura americana.

Lo de “A Sangre fría” y me refiero a la novela es de escándalo. Va desmenuzando toda la macabra historia como si escribiera desde la sección de sucesos sanguinarios de El Caso. Engancha sí, pero no está más que narrándonos, con mucho estilo de acuerdo, el crimen de Puerto Urraco. Que no me hablen de él como primer novelista non-fiction de la historia, por favor.

Pero volvamos a la película: no hay un sólo personaje que se comporte como una persona, de esas de andar por casa o que te tropiezas en la calle. No. Son histriónicos del primero al último. Si es una comedia, puñetera la gracia que me hace... Blake Edwards debió sugerir: comportáos como si estuvieráis todos “chalaos” y venga... ¡Acción!

Ella, Audry, está de atar; él es una gabardina andante y un pelele con más paciencia que Job, por no mentar toda la gama de personajes secundarios, a cada cual más estrafalario (¡esa fiesta de disfraces es un desmadre! ¿y el chino? ¿a qué viene esa caricatura del chino?).

Aquí sobreactúa hasta el gato, Audry, Peppard y el resto del reparto, entre el que horror! aparece el tal marqués de Villalonga, uno de los rancios patricios españoles ya desaparecidos, que se congratuló toda su vida de haber besado a la chica.

No hay nada detrás de esta historia, no hay vida inteligente. Desengañáos. Es una película hueca, sólo una ilusión óptica con una preciosa banda sonora. Podréis ponerle mil diezes al Moonriver... pero no a la película.

Y por cierto, lo del gato no tiene nombre.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Valkiria
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