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Voto de Miquel:
9
8,3
49.272
Drama
Adaptación de la novela homónima de Harper Lee. En la época de la Gran Depresión, en una población sureña, Atticus Finch (Gregory Peck) es un abogado que defiende a un hombre negro acusado de haber violado a una mujer blanca. Aunque la inocencia del hombre resulta evidente, el veredicto del jurado es tan previsible que ningún abogado aceptaría el caso, excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su compasiva y ... [+]
27 de enero de 2009
28 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primer film realizado por Robert Mulligan (“Verano del 42”) para la productora Pakula-Mulligan, de Alan J. Pakula y él mismo. El guión, de Horton Foote, adapta la novela autobiográfica “To Kill a Mockingbird” (1960), de Harper Lee, que se alza con el Pulitzer (1961). Se rueda en un plató al aire libre que reproduce una parte de la localidad natal de la autora y otros platós de Universal Studios. Nominado a 8 Oscar, gana 3 (actor principal, guión adaptado y decorados). Producido por Alan J. Pakula para Pakula-Mulligan/Brentwood/Universal, se estrena el 25-XII-1962 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en una pequeña población rural del profundo Sur llamada Maycomb, a lo largo de tres años de la década de los 30 (1936-38 aproximadamente). La niña Jean Louise “Scout” Finch (Badham) y su hermano Jem, hijos del abogado Atticus Finch (Peck), viudo desde hace 4 años, viven una infancia feliz y apasionante, rica en experiencias maravillosas y llena de aventuras infantiles increíbles, que Scout escribe según sus recuerdos unos 20 años después. Scout tiene 6 años al comienzo del relato, es despierta, desenvuelta, respondona, curiosa, terca e ingenua. Admira a su padre y sigue al hermano. Jem, su hermano, de 10 años, es juguetón y travieso. Le gusta alborotar y organizar aventuras prodigiosas. El padre es íntegro, cariñoso y comprensivo.
El film suma drama, crimen y análisis social. Sexta película de Mulligan, es uno de sus mejores trabajos. La narración está hecha desde el punto de vista de una niña de 6-9 años, según los recuerdos que conserva 20 años más tarde (1957-58, aprox.). A través de los recuerdos de Scout, el relato construye una descripción casi documental de las costumbres, relaciones, conflictos, fiestas y vida comunitaria de un pequeño pueblo del Sur durante los años de la Depresión.
La pobreza, la desocupación, el arraigo de los prejuicios raciales, la división entre comunidad blanca y comunidad de color, etc., son realidades descritas con la ingenuidad sorprendida, tierna y cariñosa de Scout. Es interesante la galería de personajes que pueblan la localidad: el borracho y violento Bob (Anderson), la vecina amable, la señora cascarrabias (White), el indeciso sheriff Tate (Overtone), el vecino discapacitado “Boo” Radley (Duvall), el juez ecuánime pero con genio (Fix), el médico, el granjero Cunningham (Denton), etc.
Un tercer tema objeto de atención preferente es el padre: el tirador más certero del condado, el abogado más eminente, el padre más comprensivo, el hombre más inteligente, el mejor profesor de lectura y el mayor amigo de la niña. Recuerda casi todo lo que le enseñó: cómo conseguir ser comprensiva, en qué consiste y cómo ser valerosa, etc. Compone, además, una descripción cálida y emocionante del mundo infantil, el propio de Scout, con sus juegos, correrías, travesuras, peleas, disfraces, ilusiones y fantasías.
(Sigue en el "spoiler" sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en una pequeña población rural del profundo Sur llamada Maycomb, a lo largo de tres años de la década de los 30 (1936-38 aproximadamente). La niña Jean Louise “Scout” Finch (Badham) y su hermano Jem, hijos del abogado Atticus Finch (Peck), viudo desde hace 4 años, viven una infancia feliz y apasionante, rica en experiencias maravillosas y llena de aventuras infantiles increíbles, que Scout escribe según sus recuerdos unos 20 años después. Scout tiene 6 años al comienzo del relato, es despierta, desenvuelta, respondona, curiosa, terca e ingenua. Admira a su padre y sigue al hermano. Jem, su hermano, de 10 años, es juguetón y travieso. Le gusta alborotar y organizar aventuras prodigiosas. El padre es íntegro, cariñoso y comprensivo.
El film suma drama, crimen y análisis social. Sexta película de Mulligan, es uno de sus mejores trabajos. La narración está hecha desde el punto de vista de una niña de 6-9 años, según los recuerdos que conserva 20 años más tarde (1957-58, aprox.). A través de los recuerdos de Scout, el relato construye una descripción casi documental de las costumbres, relaciones, conflictos, fiestas y vida comunitaria de un pequeño pueblo del Sur durante los años de la Depresión.
La pobreza, la desocupación, el arraigo de los prejuicios raciales, la división entre comunidad blanca y comunidad de color, etc., son realidades descritas con la ingenuidad sorprendida, tierna y cariñosa de Scout. Es interesante la galería de personajes que pueblan la localidad: el borracho y violento Bob (Anderson), la vecina amable, la señora cascarrabias (White), el indeciso sheriff Tate (Overtone), el vecino discapacitado “Boo” Radley (Duvall), el juez ecuánime pero con genio (Fix), el médico, el granjero Cunningham (Denton), etc.
Un tercer tema objeto de atención preferente es el padre: el tirador más certero del condado, el abogado más eminente, el padre más comprensivo, el hombre más inteligente, el mejor profesor de lectura y el mayor amigo de la niña. Recuerda casi todo lo que le enseñó: cómo conseguir ser comprensiva, en qué consiste y cómo ser valerosa, etc. Compone, además, una descripción cálida y emocionante del mundo infantil, el propio de Scout, con sus juegos, correrías, travesuras, peleas, disfraces, ilusiones y fantasías.
(Sigue en el "spoiler" sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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De la mano de la niña, el film construye climas y ambientes de excelente factura, convincentes y sugestivos. Cabe citar, entre otros, el que rodea a la familia Robinson como centro de reunión de personas de color, el que respiran los vecinos y vecinas de la familia Finch, el del pueblo, el del colegio, el de los niños (Jem, Dill y Scout), etc.
La obra constituye un emotivo alegato contra los prejuicios raciales y sus secuelas de discriminación, intolerancia, odio, violencia y abusos. Aboga por la igualdad, la justicia y el rechazo del racismo. Pone de manifiesto, sin rubor, las limitaciones y errores del sistema judicial americano. Expone una lección de tolerancia, comprensión, integración, valentía moral, pundonor, sentido del deber, etc. El alegato antirracista alcanza el punto culminante en el curso del juicio por violación de una mujer blanca que se sigue contra un hombre de color falsamente acusado de los hechos. La memoria de la niña le permite reproducir gestos, muecas, expresiones, actitudes y, sobre todo, miradas de los actores que intervienen en la vista. Tras la lectura del veredicto, resulta impresionante la mirada del juez (Fix).
La obra, desde el principio fue bien recibida entre la comunidad blanca, pero levantó quejas y causó disgusto en la comunidad de color. En efecto, los personajes de color son pasivos, inertes, marginados, borrachos, cobardes, mentirosos. Calpurnia (Evans), uno de los modelos femeninos de Scout, se comporta sin iniciativa, sin fuerza propia, sin personalidad.
El relato se basa en recuerdos y experiencias de infancia y en hechos reales. El caso de la violación se inspira en unos hechos que sucedieron cerca de la ciudad en la que vivía la autora en 1936, cuando tenía 10 años. En aquella ocasión el cuerpo del acusado falsamente de violación, en su intento de huida de la policía, recibió 16 impactos mortales de bala. La publicación de la novela se produjo en un momento oportuno por la efervescencia de la lucha a favor de los derechos civiles. Poco después era elegido presidente J. F. Kennedy.
La música, de Elmer Bernstein (“Los diez mandamientos”, DeMille, 1956), combina pasajes intimistas, momentos de tensión, cortes de terror y tiernas melodías de aires infantiles. Destacan el increíble solo de flauta que acompaña la espera del veredicto, la inquietante percusión del regreso a casa de los niños a través del bosque en sombras, la estridente composición que anima el ataque nocturno a un niño, etc. La fotografía, de Russell Harlan (“Río Bravo”, Hawks, 1959), en B/N, busca encuadres idílicos, perspectivas amplias y composiciones complejas en número de personajes y objetos. Sigue con ternura y cariño los movimientos de los críos y subraya sus ocurrencias.
El apellido Finch significa jilguero. Éste era el apellido de soltera de la madre de Harper Lee, autora de la novela. “Matar a un ruiseñor” significa matar a un ser inocente e indefenso.
La obra constituye un emotivo alegato contra los prejuicios raciales y sus secuelas de discriminación, intolerancia, odio, violencia y abusos. Aboga por la igualdad, la justicia y el rechazo del racismo. Pone de manifiesto, sin rubor, las limitaciones y errores del sistema judicial americano. Expone una lección de tolerancia, comprensión, integración, valentía moral, pundonor, sentido del deber, etc. El alegato antirracista alcanza el punto culminante en el curso del juicio por violación de una mujer blanca que se sigue contra un hombre de color falsamente acusado de los hechos. La memoria de la niña le permite reproducir gestos, muecas, expresiones, actitudes y, sobre todo, miradas de los actores que intervienen en la vista. Tras la lectura del veredicto, resulta impresionante la mirada del juez (Fix).
La obra, desde el principio fue bien recibida entre la comunidad blanca, pero levantó quejas y causó disgusto en la comunidad de color. En efecto, los personajes de color son pasivos, inertes, marginados, borrachos, cobardes, mentirosos. Calpurnia (Evans), uno de los modelos femeninos de Scout, se comporta sin iniciativa, sin fuerza propia, sin personalidad.
El relato se basa en recuerdos y experiencias de infancia y en hechos reales. El caso de la violación se inspira en unos hechos que sucedieron cerca de la ciudad en la que vivía la autora en 1936, cuando tenía 10 años. En aquella ocasión el cuerpo del acusado falsamente de violación, en su intento de huida de la policía, recibió 16 impactos mortales de bala. La publicación de la novela se produjo en un momento oportuno por la efervescencia de la lucha a favor de los derechos civiles. Poco después era elegido presidente J. F. Kennedy.
La música, de Elmer Bernstein (“Los diez mandamientos”, DeMille, 1956), combina pasajes intimistas, momentos de tensión, cortes de terror y tiernas melodías de aires infantiles. Destacan el increíble solo de flauta que acompaña la espera del veredicto, la inquietante percusión del regreso a casa de los niños a través del bosque en sombras, la estridente composición que anima el ataque nocturno a un niño, etc. La fotografía, de Russell Harlan (“Río Bravo”, Hawks, 1959), en B/N, busca encuadres idílicos, perspectivas amplias y composiciones complejas en número de personajes y objetos. Sigue con ternura y cariño los movimientos de los críos y subraya sus ocurrencias.
El apellido Finch significa jilguero. Éste era el apellido de soltera de la madre de Harper Lee, autora de la novela. “Matar a un ruiseñor” significa matar a un ser inocente e indefenso.