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Voto de Miquel:
8
7,4
2.018
Romance. Drama
Un elegante play boy y una bella cantante de un club nocturno se conocen a bordo de un transatlántico, gracias a la invitación de otras dos personas. Ella es la amante de un magnate y él está comprometido con una rica heredera. Entre ellos surge un apasionante romance que los llevará a la siguiente promesa: romper con sus compromisos actuales, buscar trabajo y encontrarse a los seis meses, para continuar su vida juntos. Pero un trágico ... [+]
27 de octubre de 2008
26 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Uno de los films más conocidos del realizador Leo McCarey. El guión, de Delmer Daves y Donald O. Stewart, desarrolla un argumento original de Mildred Cram y Leo McCarey. Se rueda en escenarios exteriores de NYC y en los RKO Studios. Es nominado a 6 Oscar. Producido por Leo McCarey para la RKO, se estrena el 16-III-1939 (NYC).
La acción dramática tiene lugar a bordo de un trasatlántico que hace la travesía de Europa a NY, en las Islas Azores, NYC y Filadelfia, a lo largo de un año (1937-38) aproximadamente, de diciembre a diciembre. El pintor y playboy francés Michel Marnet (Boyer) y la cantante norteamericana de salas de fiestas Terry McKay (Dunne) se conocen durante una travesía en trasatlántico de Europa a EEUU. Entre ellos surge un gran amor a primera vista, pero los compromisos sentimentales que ambos tienen les aconsejan posponer cualquier decisión. Convienen encontrarse 6 meses después, el 1 de julio, en el piso superior del Empire State Building (NYC). Él es culto, elegante y sensible. Tras la máscara de frialdad de playboy esconde un corazón tierno y enamoradizo. Ella es lista, competente, guapa y alegre. Tiene un sutil sentido del humor.
El film suma drama, romance y comedia. Narra una sencilla y vibrante historia de amor que se presenta dividida en dos partes. La primera está narrada en un tono ligero de comedia romántica, que da paso en la segunda parte a un relato melodramático. La habilidad del realizador en el tratamiento de los sentimientos hace posible que ambas partes se yuxtapongan e interrelacionen con naturalidad y sin fricciones. Las buenas interpretaciones de los dos protagonistas aportan una contribución decisiva para que el ensamblaje de los partes resulte creíble y convincente.
Leo McCarey demuestra su competencia en el manejo de las emociones del público, que sabe suscitar, dosificar, sostener y modular. Lo hace con dignidad, respeto y sin caer en sentimentalismos fútiles. Dos escenas memorables concentran una fuerza emocional particularmente intensa: la de la espera en el piso 102 y la de la contemplación del cuadro de Terry con el mantón de punto de la abuela Janou. En ambas McCarey se sirve sobre todo del silencio, la expresión contenida del rostro de Boyer y la imaginación del público, para definir y comunicar los sentimientos que desea y consigue trasmitir. Por lo demás, destaca la delicadeza, la finura, el respeto y la elegancia, con que el film presenta las manifestaciones de los sentimientos de los protagonistas. Ofrece un emotivo final ambientado en Navidad.
La acción dramática tiene lugar a bordo de un trasatlántico que hace la travesía de Europa a NY, en las Islas Azores, NYC y Filadelfia, a lo largo de un año (1937-38) aproximadamente, de diciembre a diciembre. El pintor y playboy francés Michel Marnet (Boyer) y la cantante norteamericana de salas de fiestas Terry McKay (Dunne) se conocen durante una travesía en trasatlántico de Europa a EEUU. Entre ellos surge un gran amor a primera vista, pero los compromisos sentimentales que ambos tienen les aconsejan posponer cualquier decisión. Convienen encontrarse 6 meses después, el 1 de julio, en el piso superior del Empire State Building (NYC). Él es culto, elegante y sensible. Tras la máscara de frialdad de playboy esconde un corazón tierno y enamoradizo. Ella es lista, competente, guapa y alegre. Tiene un sutil sentido del humor.
El film suma drama, romance y comedia. Narra una sencilla y vibrante historia de amor que se presenta dividida en dos partes. La primera está narrada en un tono ligero de comedia romántica, que da paso en la segunda parte a un relato melodramático. La habilidad del realizador en el tratamiento de los sentimientos hace posible que ambas partes se yuxtapongan e interrelacionen con naturalidad y sin fricciones. Las buenas interpretaciones de los dos protagonistas aportan una contribución decisiva para que el ensamblaje de los partes resulte creíble y convincente.
Leo McCarey demuestra su competencia en el manejo de las emociones del público, que sabe suscitar, dosificar, sostener y modular. Lo hace con dignidad, respeto y sin caer en sentimentalismos fútiles. Dos escenas memorables concentran una fuerza emocional particularmente intensa: la de la espera en el piso 102 y la de la contemplación del cuadro de Terry con el mantón de punto de la abuela Janou. En ambas McCarey se sirve sobre todo del silencio, la expresión contenida del rostro de Boyer y la imaginación del público, para definir y comunicar los sentimientos que desea y consigue trasmitir. Por lo demás, destaca la delicadeza, la finura, el respeto y la elegancia, con que el film presenta las manifestaciones de los sentimientos de los protagonistas. Ofrece un emotivo final ambientado en Navidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La película apuesta por la vida normalizada e integrada socialmente de las personas con discapacidad, por el ejercicio plenario de sus capacidades y por su participación activa en las tareas de la comunidad. Rechaza por impropias las posiciones de compasión, lástima, piedad y discriminación de las mismas. Trata con cariño y respeto admirables la ancianidad. Propone una filosofía de la vida inspirada en el amor verdadero, que es sacrificado, comprensivo, sincero y no conoce condiciones.
La música, de Roy Webb, ofrece una partitura relativamente breve de composiciones románticas, festivas y dramáticas. Tienen gran importancia los silencios de fondo. Añade tres canciones ajenas de gran emotividad: “Sing My Heart” (Dunne en la sala de fiestas de Filadelfia), “Plaisir d’amour” (Dunne acompañada al piano por la abuela) y “Wishing” (coro de niños). La fotografía, de Rudolph Maté, presenta una descripción visual puesta al servicio de la historia, sin dejar de lado las preocupaciones estéticas. Se sirve de emocionantes planos contrapicados, crea composiciones de luz y sombra de rotundo claroscuro, construye ambientes intimistas y ofrece perspectivas amplias (tormenta con descarga eléctrica vista desde lo alto del Empire State).
La música, de Roy Webb, ofrece una partitura relativamente breve de composiciones románticas, festivas y dramáticas. Tienen gran importancia los silencios de fondo. Añade tres canciones ajenas de gran emotividad: “Sing My Heart” (Dunne en la sala de fiestas de Filadelfia), “Plaisir d’amour” (Dunne acompañada al piano por la abuela) y “Wishing” (coro de niños). La fotografía, de Rudolph Maté, presenta una descripción visual puesta al servicio de la historia, sin dejar de lado las preocupaciones estéticas. Se sirve de emocionantes planos contrapicados, crea composiciones de luz y sombra de rotundo claroscuro, construye ambientes intimistas y ofrece perspectivas amplias (tormenta con descarga eléctrica vista desde lo alto del Empire State).