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Voto de Miquel:
9
19 de marzo de 2009
92 de 100 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran film de la tercera etapa de Ingmar Bergman. El guión, del propio Bergman, se inspira en narraciones de E. T. Hoffman y escritos de F. W. Murnau. Se rueda en escenarios naturales de la reserva natural de Hovs Hallar (Suecia) y en los platós de Svenk Filmindustri Studios (Estocolmo). Gana un premio (mejor director) de la National Society of Films Critics (EEUU). Producido por Lars-Owe Carlberg (“La vergüenza”, 1968) para Svenk Filmindustri, se estrena el 19-II-1968 (Estocolmo).
La acción dramática tiene lugar en la isla de Baltrum, próxima al Continente europeo, donde viven Alma Borg (Ullmann) y Johan (Sydow), que llevan 7 años de vida en pareja. Ocupan una casa modesta y rústica, de paredes de fango, piedras y soportes de madera y cubierta de brezo. No tienen suministro eléctrico, se iluminan con luz de quinqué y sólo disponen del agua de la cisterna. Les gusta la tranquilidad, la soledad y los silencios del lugar. En la isla viven también el barón Von Merkens (Jospehson) y su esposa Corinne (Fridh), acompañados de un malicioso círculo de amigos. Johan padece alucinaciones, no quiere ver a nadie, tiene miedo de la oscuridad y habla poco. Pinta retratos y composiciones de figura humana. Es introvertido, retraído, inseguro e inestable. Ella, de unos 28 años, es atractiva, inocente, resistente y está muy enamorada de Johan.
El film suma drama psicológico, horror y terror. Es el único trabajo de Bergman que incluye elementos de horror. Según varios críticos, acusa influencias de Fellini, Resnais y otros realizadores europeos del momento. El guión fue escrito en 1954 pensando en una obra de elevado presupuesto y extenso metraje. Bergman tiene que aplazar el proyecto por falta de financiación y, cuando decide retomarlo, lo convierte en una cinta de 90 minutos que trata de acompañar y complementar, a su manera, algunas de las reflexiones de “Persona” (1966). Es uno de los 7 films de la tercera etapa creativa del realizador, una de las más fecundas de su fomografía.
El tema principal de la obra viene dado por el tormento espiritual que sufre el artista dedicado a la creación. La narración se basa en el diario que ha escrito personalmente y que Alma lee en funciones de narradora. El film explora diversos aspectos del tema propuesto. A Bergman le preocupa, sobre todo, analizar cómo y en qué medida el público y los críticos pueden provocar en el ánimo de un artista sensible frustraciones dolorosas, angustia, fatiga crónica, estrés y deterioros psicológicos. La tensión habitual que se da entre artista y público tiende a manifestarse de modos diferentes y a través de medios diversos, que conviene tener en cuenta.
(Sigue en el ”spoiler” sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en la isla de Baltrum, próxima al Continente europeo, donde viven Alma Borg (Ullmann) y Johan (Sydow), que llevan 7 años de vida en pareja. Ocupan una casa modesta y rústica, de paredes de fango, piedras y soportes de madera y cubierta de brezo. No tienen suministro eléctrico, se iluminan con luz de quinqué y sólo disponen del agua de la cisterna. Les gusta la tranquilidad, la soledad y los silencios del lugar. En la isla viven también el barón Von Merkens (Jospehson) y su esposa Corinne (Fridh), acompañados de un malicioso círculo de amigos. Johan padece alucinaciones, no quiere ver a nadie, tiene miedo de la oscuridad y habla poco. Pinta retratos y composiciones de figura humana. Es introvertido, retraído, inseguro e inestable. Ella, de unos 28 años, es atractiva, inocente, resistente y está muy enamorada de Johan.
El film suma drama psicológico, horror y terror. Es el único trabajo de Bergman que incluye elementos de horror. Según varios críticos, acusa influencias de Fellini, Resnais y otros realizadores europeos del momento. El guión fue escrito en 1954 pensando en una obra de elevado presupuesto y extenso metraje. Bergman tiene que aplazar el proyecto por falta de financiación y, cuando decide retomarlo, lo convierte en una cinta de 90 minutos que trata de acompañar y complementar, a su manera, algunas de las reflexiones de “Persona” (1966). Es uno de los 7 films de la tercera etapa creativa del realizador, una de las más fecundas de su fomografía.
El tema principal de la obra viene dado por el tormento espiritual que sufre el artista dedicado a la creación. La narración se basa en el diario que ha escrito personalmente y que Alma lee en funciones de narradora. El film explora diversos aspectos del tema propuesto. A Bergman le preocupa, sobre todo, analizar cómo y en qué medida el público y los críticos pueden provocar en el ánimo de un artista sensible frustraciones dolorosas, angustia, fatiga crónica, estrés y deterioros psicológicos. La tensión habitual que se da entre artista y público tiende a manifestarse de modos diferentes y a través de medios diversos, que conviene tener en cuenta.
(Sigue en el ”spoiler” sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Las críticas asociadas a burlas no son infrecuentes, son hirientes siempre y a veces perturbadoras, como las que le dedican al artista los siniestros personajes del Castillo. En otras ocasiones los críticos desautorizan una obra aplicándole el estigma de trabajo de encargo, sin profundizar en el análisis y consideración de los valores artísticos del mismo. Con frecuencia no se valora la importancia de la libertad artística del autor y no se le presta el respeto que merece. El público tiende a minusvalorar la libertad de creación, imponiendo criterios restrictivos, cánones y prejuicios. En otras ocasiones la crítica humilla al artista, hiere su amor propio y afecta a su dignidad. Bergman lo explica mostrando cómo maquillan de payaso a Johan durante la fiesta.
A veces, el artista castigado y maltratado por la crítica, se ve abocado a temores, terrores, miedos y angustias que perjudican su capacidad de trabajo y minan su salud. Pueden aparecer obsesiones, alucinaciones, etc. En sus sueños surrealistas, Johan ve al público como un conjunto de muertos en vida que le atacan y le hieren.
Bergman explica la importancia de la inspiración, la necesidad de ir en su busca, la dificultad de encontrarla y la prioridad que para el artista tiene dar con ella. La tensión entre la paternidad de Johan, personificada por Alma, y la inspiración, prefigurada por Verónica Vogler (Thulin), es objeto de atención. La inspiración no tiene un comportamiento franco y constante: engaña, huye, se alía con el mal, se burla del artista, se hace la muerta, muere, resucita si el artista la acaricia, etc.
El film explora la naturaleza oscura del ser humano. Exalta la importancia de la plena libertad de creación artística. Descalifica aquella parte de la crítica que se mueve por prejuicios, superficialidad, frivolidad, etc. Defiende la fusión de realidad e imaginación como instrumentos al servicio de unos mismos fines artísticos. Propone el uso de la duda como medio para evitar la falsedad de las apariencias. Añade consideraciones relacionadas con algunas de sus constantes: fragilidad de la pareja, responsabilidad de la paternidad, fidelidad conyugal, etc. La hora del lobo es aquella anterior al amanecer en la que los fantasmas y los demonios son más poderosos y las pesadillas son más angustiosas.
Son escenas memorables la del enfrentamiento de Johan con su infancia y con los fantasmas que ésta dejó grabados en su interior, la representación de “La flauta mágica” en el castillo, la cena con invitados, el sol de noche, etc.
La música, de Lars Johan Werle, adapta una aria de “La flauta mágica”, de Mozart. La fotografía, de Sven Nykvist, en B/N, compone una brillante visualidad de espacios oscuros, rincones espectrales, visiones surrealistas, etc. Mueve la cámara con convicción, en especial en momentos culminantes (movimientos envolventes durante la cena).
A veces, el artista castigado y maltratado por la crítica, se ve abocado a temores, terrores, miedos y angustias que perjudican su capacidad de trabajo y minan su salud. Pueden aparecer obsesiones, alucinaciones, etc. En sus sueños surrealistas, Johan ve al público como un conjunto de muertos en vida que le atacan y le hieren.
Bergman explica la importancia de la inspiración, la necesidad de ir en su busca, la dificultad de encontrarla y la prioridad que para el artista tiene dar con ella. La tensión entre la paternidad de Johan, personificada por Alma, y la inspiración, prefigurada por Verónica Vogler (Thulin), es objeto de atención. La inspiración no tiene un comportamiento franco y constante: engaña, huye, se alía con el mal, se burla del artista, se hace la muerta, muere, resucita si el artista la acaricia, etc.
El film explora la naturaleza oscura del ser humano. Exalta la importancia de la plena libertad de creación artística. Descalifica aquella parte de la crítica que se mueve por prejuicios, superficialidad, frivolidad, etc. Defiende la fusión de realidad e imaginación como instrumentos al servicio de unos mismos fines artísticos. Propone el uso de la duda como medio para evitar la falsedad de las apariencias. Añade consideraciones relacionadas con algunas de sus constantes: fragilidad de la pareja, responsabilidad de la paternidad, fidelidad conyugal, etc. La hora del lobo es aquella anterior al amanecer en la que los fantasmas y los demonios son más poderosos y las pesadillas son más angustiosas.
Son escenas memorables la del enfrentamiento de Johan con su infancia y con los fantasmas que ésta dejó grabados en su interior, la representación de “La flauta mágica” en el castillo, la cena con invitados, el sol de noche, etc.
La música, de Lars Johan Werle, adapta una aria de “La flauta mágica”, de Mozart. La fotografía, de Sven Nykvist, en B/N, compone una brillante visualidad de espacios oscuros, rincones espectrales, visiones surrealistas, etc. Mueve la cámara con convicción, en especial en momentos culminantes (movimientos envolventes durante la cena).