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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
7
Comedia. Romance Bosnia, 1992. Luka, un ingeniero serbio de Belgrado, se ha instalado en una casa aislada con su mujer Jadranka, cantante de ópera, y su hijo Milos. Luka está preparándose para construir una vía ferroviaria que hará de la región un paraíso turístico. Pero, cegado por su trabajo y por su natural optimismo, Luka no presta atención a los persistentes rumores de una guerra civil inminente. (FILMAFFINITY)
17 de septiembre de 2005
20 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida, coescrita y coproducida por Kusturica, codirector de la música, obtuvo el César a la mejor película de la UE. Fue nominada a la Palma de Oro (Cannes) y a la Espiga de Oro (Valladolid). Se rodó en Serbia, durante más de un año.

La acción se sitúa en Bosnia, en un lugar próximo a la fontera con Serbia, en 1992, poco antes y después del estallido de la guerra. Narra la historia del ingeniero Lukas, que llegó de Belgrado dos meses antes para la construcción de un ferrocarril que convertirá el lugar en un paraíso turístico. Le acompañan su mujer Jadranka, soprano y lectora de Ana Karenina, y el hijo de ambos, Milos. El inicio de la guerra cambiará muchas cosas. La acción se ambienta en un contexto bélico que no se ve: se oyen disparos, cañonazos, explosiones y se ven heridos, muertos, destrozos. La guerra se inserta en la cotidianeidad, forma parte de la normalidad diaria y, por ello, provoca mayor desazón. La narración adquiere un tono desmesurado: comen, beben, aman, odian, juegan al ajedrez y al fútbol, cantan y bailan exageradamente. El espectador es receptor de una cascada de palabras, golpes, colores, imágenes, detonaciones, explosiones y música, que le sumen en un caos sensorial. Se añaden elementos surrealistas, absurdos y excéntricos, que subrayan la sinrazón de la guerra, justifican la locura, invitan al suicidio e impulsan a huir de la realidad. La obra cuenta, con una rotundidad inusual, el drama de la vida que se abre camino entre el miedo, la brutalidad, el dolor y la muerte. La exaltación de la vida justifica la presencia de muchos animales (perros, gansos, gallinas, gatos, palomas, caballo blanco, la burra Melissa) y la mirada cariñosa dirigida al polluelo salido del huevo, las crías de la oca, el niño recién nacido de los Petrovitch. El rechazo de la guerra se personifica, también, en animales: los osos que "matan a todo ser viviente", los buitres carroñeros. El humor recurre a gags blancos, surrealistas, negros y marrones. Los elementos dispersos del rompecabezas tienen en las vías del tren el eje que los amalgama. No se habla de culpables, sólo de víctimas. En la segunda parte del film se desarrolla una hermosa historia de amor, que trasmite ternura, bienestar y gozo, y endurece la crueldad de la guerra.

La música es parte fundamental de la obra. Mezcla ritmos gitanos, con influencias de Oriente y Occidente, a cargo de "The No Smoking Orchestra". La fotografía ofrece escenas magníficas como la camilla que se desliza sin final, el baño junto a una cascada que inunda la pantalla de blanco, la caminata con la chica en brazos a través de la desolación de un campo nevado. La interpretación del protagonista Slavo Stimac (Lukas) y las de Natasa Solak (Sabaha) y Vesna Trivalic (Jadranka) son convincentes. La dirección otorga al film su reconocido estilo propio.

Combina comedia, drama y romance. Apela a la razón, sentimientos, imaginación y sentido del humor. Es un potente alegato contra el belicismo y por la paz.
Miquel
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