Con Guilty of romance, Sion Sono pone fin a su trilogía "La saga del odio". La primera parte de esta trilogía, Love exposure, me encantó. Me sorprendió su originalidad, su perfecta combinación de géneros y el hecho de que a pesar de sus 4 horas, se me hiciera corta. La segunda, Cold fish, también me gustó mucho pese a que el tramo final me dejó algo descolocado.

Pero esta tercera parte, Guilty of romance, no me ha gustado. Y no me ha gustado por la sensación de mal rollo que me ha provocado. Si el objetivo de Sion Sono era generar una sensación desagradable en el espectador, a fe que conmigo lo ha conseguido. El modo en que trata el sexo roza lo enfermizo. Una cosa sí está clara, esta película no dejará indiferente a nadie...

La cosa comienza con un macabro crimen en un barrio sórdido repleto de Love Hotels (hoteles que alquilan habitaciones por horas a parejas). Paralelamente a la investigación, y a través de varios capítulos, se van presentando a los personajes.

Izumi (la exuberante actriz fetiche de Sion Sono, Megumi Kagurazaka) es la abnegada esposa de un escritor de éxito. Vive para servir a su marido pero su vida sexual es nula. Su vida rutinaria y sin pasión cambia el día en que decide ponerse a trabajar vendiendo salchichas (sin comentarios...). De ahí al cine porno y a la prostitución hay un paso, como todo el mundo sabe.

También tenemos a una prestigiosa profesora universitaria que por las noches vende su cuerpo por simple diversión y que será la mentora de Izumi. La espiral de sexo, lujuria y perversión está a punto de comenzar.

El gran porblema de esta cinta es que no me interesa nada lo que me cuenta ni cómo lo cuenta. Si bien la primera media hora tiene el "atractivo" del misterioso crimen y toques de humor protagonizados por el peculiar matrimonio, cuando da comienzo la exploración del sexo por parte de Izumi todo se vuelve enfermizo, demasiado enfermizo.

A nivel interpretativo no está mal, pero el personaje de Izumi (para mí la protagonista indiscutible aunque salga tercera en los títulos de crédito) cambia de personalidad constantemente. De mosquita muerta a diosa del sexo es más o menos creíble por la evolución del personaje. Sin embargo, también pasa de ninfómana a chica asustadiza e insegura. Demasiados cambios.

Me esperaba mucho más. No me ha gustado (salvo cosas aisladas), pero insisto en que para bien o para mal, no dejará indiferente a nadie.