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España España · santiago de compostela
Voto de berenice:
7
Drama Década de los 50, en una pequeña ciudad de Texas. Los jóvenes amigos Sonny y Duane y la guapa Jacy son tres adolescentes insatisfechos y aburridos, espectadores de sus propias vidas en una localidad encerrada en sí misma en la que no hay mucho que hacer. Todo es un sueño inmóvil que se desarrolla entre un viejo cine, un salón de billar y un café abierto toda la noche. (FILMAFFINITY)
20 de enero de 2015
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El otro día conducía mi coche por remotos pueblos. En uno de ellos, lo más triste posible, paré a echar gasolina y me quedé pasmado con lo que vi. Se lo escupí, indignado, al gasolinero:

-¡Oiga! ¡Allí hay dos críos follándose un gato!!!
- Ja, ja, ja... cosas de críos,- respondió el empleado.
-¿Usted lo ve normal? ¡¡¡Y allí hay un viejo haciéndose una paja en público!!!
-Ja, ja, ja... no pretenderá que un pobre viejo salga a perseguir gatos.
-¡Esto es una crítica al sueño americano!!!, -dije ofuscado mientras arrancaba y me alejaba de allí para siempre.

La ineludible expresión "crítica al sueño americano"... ¡Cómo os gusta! Aparece millones de veces en Filmaffinity. La verdad es que mola y tal, parece profunda, pero es un perezoso lugar común de terrible indefinición. Casi en cualquier film estadounidense triste, en cuanto te des la vuelta, te endiñarán una "crítica al sueño americano". Que es el mismo sueño que en Puebla de Sanabria, pongamos por caso, porque allí también quieren follar y también se ponen los cuernecicos los vecinos. Aunque en este pueblo igual Bogdanovich se ha pasado. Mejor.

Precisamente, follar es el meollo de la cuestión. Unos por soledad, otros por vicio, otros por descubrimiento. Yo, que me escapé a la gran capital para follar, y ahora resulta que donde había orgía todos los findes era al lado de mi casa, en el poblacho. En el puto poblacho. Y que todos se acostaban con todos, pero vamos, sin pensarlo mucho. Cagoendios, con lo tradicionales que parecían todos.

La primera mitad de la película es de una nobleza cinematográfica inusual: gestos,miradas, idas, venidas... Sirve para presentar a los personajes, sin muchas palabras. La desgana post adolescente de Bridges y Bottoms quedará en la memoria de este que escribe, también la perversidad estúpida, descontrolada y, algunas veces, tierna de Cybill, fruto de la opresión del poblacho; y, sobre todo, esas maduritas interesantes, a las que dotan de mil matices de todos los grados de sutileza posibles las actrices que las interpretan, de las mejores secundarias que recuerdo, en especial la mamá de Cybill, increible, impresionante Ellen Burstyn. Cada vez que aparece ella, la tensión sube de una manera apoteósica. La escena en que le perdona la follada a Bottoms podría figurar en las antologías más exigentes del cine americano, y eso que viene cerca del final, tras un bajón grande.

La segunda mitad es mucho menos interesante, pero eso cualquiera que vea la película lo podrá comprobar. Todos son demasiado malos y vacíos, todo está demasiado viciado. Incluso se nos obsequia con una escena risible que comento en spoiler.

¿Ya está? ¿Un poco de pesimismo y de nostalgia engañosa por los tiempos pasados bañado todo en polvo? No estaría mal, pero sería demasiado poco. Sin embargo, hay algo más. Algo que provoca una redención general, que baña la tristura en pura luz de la que no se olvida, que justifica un millón de miradas y de acciones. Pero me temo que iremos al spoiler
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
berenice
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