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Voto de José (FullPush):
8
Western. Aventuras En 1845, un grupo de colonos pioneros recorre el territorio virgen de Oregón guiado por el taciturno Stephen Meek (Bruce Greenwood). En su viaje en busca de la tierra prometida se cruzarán con un nativo americano cuya presencia hará que el grupo se divida: unos depositarán su confianza en el poco fiable Meek, y otros, en cambio, en el que a primera vista podría parecer su enemigo natural: el indio. (FILMAFFINITY)
20 de agosto de 2013
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El atajo de Meek no es otro que el testarudo recorrer de los hombres libres. Frente a la inmensidad del desierto americano, la cámara leve amiga del roce de Kelly (déjame que te tutee, talentosa) se posa sobre los rostros como al final de un precipicio. Es mucha la combustión interna tras las venas de estos errabundos personajes, y es que la incertidumbre puede ser el mayor de los motores de ignición. Ante la falta de lluvias, se anuncian explosiones, quizá los ecos de un futuro más prospero en que levantar la tierra y desmontarlo todo. Pero mientras...

Decía que el camino se contempla entre dos aguas, una física y la otra por venir, del mismo modo que la disposición divaga entre dejarse adormecer o estar alerta. El uso de la música, con apenas cuatro acordes, es inmejorable, parte de la explicación a un resultado atmosférico de veras, donde en un momento crece la tensión y se mantiene, se mantiene, pero no se rompe. Hay talento, mucho, en la puesta en escena. Hay un ojo que evalúa las opciones y decide; cuando esto ocurre ha de notarse sin notarse y llamamos al autor, autor, sin titubeos.

El autor, por su parte, se reserva los enigmas y deja que éstos vuelen, sacándolos a flote en un petróleo que "no se come" aunque se marque cuidadosamente sobre el mapa y unos signos de culturas remotas cuya interpretación pudiera salvarnos. Es clave, debe existir esa pregunta a medio formular si se quiere rasgar la trascendencia. Así, estar abierto a la posibilidad, promover el ejercicio de la mente, no dar nada por supuesto, enlazar un fundido en verde con los créditos mientras resuenan los acordes de lo ignoto, del infinito, es seguir en el camino.

Es un cine con mayúsculas.
José (FullPush)
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