Quise ver la película con la intención de conocer un poco más la figura, el icono que supuso el Ché, pero me llevé una decepción.
Es tan larga, aburrida y tediosa y con tan poca calidad artística para mi gusto, que ni siquiera lo critico como documental,( porque los documentales son fascinantes, la mayoría muy logrados en su objetivo, pero en este caso ni eso).
Una de las cosas que menos me gustó fue el hecho de que no nos mostrara su vida, sus sentimientos, como empezó todo, su infancia, yo que sé, cualquier cosa que llame la atención del espectador en esta película tan caótica: Primero, porque yo a los cubanos en charlas coloquiales no les entiendo, y por otro lado no hay guerra como tal, donde se distingan unos de otros.
Algunos que critican bien positivamente la película dicen que lo queremos todo masticado.
Y yo digo que quiero ver una película que me guste, me entretenga o me emocione, me llene de rabia, de dolor o de risa, pero que me transmita algo. Algo para no dormirme, por favor.
Los tres puntos íntegros para Benicio del Toro por su caracterización y su interpretación.