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España España · Zaragoza
Voto de Bobby Lee:
9
Drama. Comedia Historia de una familia en crisis cuyos miembros viven dominados por sentimientos de culpa. En medio del enfrentamiento entre sus padres está Lluís, un adolescente rebelde que se refugia en el silencio, se siente culpable por el el mero hecho de vivir y acoge en casa a todo tipo de animales. Este es un relato de malentendidos cruzados. (FILMAFFINITY)
1 de junio de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sin duda recordarán la película (algunos también leímos el libro) de “El día de los Trífidos” en la que una invasión alienígena deja ciegos a todos los seres humanos excepto a dos o tres personas (los protagonistas)

Pues así me siento yo tras ver esta película y leer lo que se dice por ahí, tanto en los medios de comunicación como en los foros de Internet: “personas buscando el amor”; “seres humanos que se sienten desgraciados” “personas que no se atreven a salir de sus cómodas posiciones”.

Yo aquí lo que veo, a excepción del personaje de Eduard Fernández (Miguel) y de la asistenta (Ana), un grupo de psicópatas a cuál más tarado.

Empezaremos por el personaje de Emma Suárez. Advierto que no contaré en abierto nada que no hayan dicho ya otros amigos en el comentario, y dejaré para el Spoler algún comentario más “destripante”.

Emma Suárez (bueno, su personaje): Vamos a ver: yo entiendo que una década de martillear con el buen rollismo de lo políticamente correcto, la liberación de la mujer (hombres malos muy malos, mujeres “güenas”) dan para mucho, pero

-¿De verdad nadie se da cuenta de lo desequilibrada que está esta mujer? De entrada, desde el minuto inicial de partido (la primera escena) se dedica a humillar y ridiculizar a su marido y a desautorizarle delante del “niño” (otro tarado que mete los perros de siete en siete a la casa) y asistir al “niño” en todas sus colgaduras (de ir colgado) hasta terminar por echar de casa al marido (¡menura manera de "búsqueda del amor"!)

-¿De verdad nadie se da cuenta de que esta mujer hace regalos y se acuesta con un menor de edad (por muy hdp que éste sea) incitándole a una relación de dominación? Dependiendo de la edad del menor, podría ser incluso un delito. Onanismos mentales sobre los deseos de cada uno en la adolescencia, sugiero que se hagan una composición de lugar imaginando el caso al revés: que fuera un hombre de 46 años quien sedujera a una cría de 16, por ejemplo;

-¿También pasamos por alto (se comenta en las criticas, pero con la misma categoría moral que el hecho de que Miguel se acueste con la asistenta) que, conocedora del hecho de que su hermana tortura a su hija (sobrina de Emma Suárez), lo disculpa, incluso ante la confesión de ella?

-Absolutamente apoteósico el reproche que hace a su hermana cuando se entera de que ha quemado a su hija con un cigarrillo: “Raquel ¿Es que has vuelto a fumar?” IMPAGABLE.

Pasando al padre de Miguel (o sea, el abuelo),

-¿no se da cuenta nadie de que tenemos un sujeto con un grave trastorno de la personalidad (probablemente Trastorno Asocial) que reconoce no haber querido nunca a nadie, ni a su hijo, que no agradece visitas, muestras de cariño ni regalos, y que se lo suelta a su hijo tal cual para hacerle más daño, que se intenta suicidar con su mujer para hacer aún más pupa al mundo y a su hijo (¿Violencia de género? ¡una leshe! eso es ser un c... con pintas)

-Lo que más gracia me hace es que la gente culpe y maldiga al hijo (Miguel) por querer pagarle a sus padres (la demente y el sociópata seudosuicida) una residencia de lujo donde les cuiden con todos los gastos pagados (¡Qué malos son los hijos!)


La abuela: puede que sea el mejor papel que le he visto a Geraldine Chaplin, aunque sea porque no habla nada y no tenemos que escuchar su inverosímil acento guiri-que-quiere-pasar-por-conquense

El hijo: un yonqui cada vez más colgado conforme avanza la película, con tendencias obsesivas y destructivas (¿la droga la pide para matar a los animales o para él?).

La cuñada… qué quieren que les diga; claro que los espectadores interpretan correctamente que es una pirada, pero es que, además es más perversa aún: pone en guardia a Emma Suárez contra unos supuestos abusos del marido contra el hijo… que sólo existen en su desquiciada mente. Y pensar que Emma Suárez (que no tiene desperdicio) quiere que Miguel, cuando le echa de casa, vaya a vivir a casa de la sádica torturadora...)

Dicho todo esto, a mi los personajes que sí me parece que buscan el amor y no lo encuentran son Miguel (Edouard Fernández) y Ana, la Asistenta.

Miguel, rodeado de psicópatas, busca compañía y comprensión en Ana: es FALSO que pretenda seducirla de entrada: está dispuesto a pagar sólo por hablar y que se le escuche. Que luego mantengan relaciones sexuales no es más que un error, producto de la errónea interpretación de Ana de sus intenciones, y de la propia necesidad de amor de Miguel (al que su mujer, no olvidemos, ha echado de casa). Igualar la moralidad de la relación de Miguel y Ana con la de Emma Suárez y el amigo de su hijo es grotesco.

Ana, por su parte, es madre sóla, está separada de los suyos, en un país extranjero… ¿es extraño que busque también el amor o cariño de un hombre que la respete y le de cariño?

El problema es que Miguel, aunque ansioso de cariño, es un hombre cobarde, patético, siempre cede, no se atreve a imponerse y cortar con todo, con toda la cuadrilla de frenopático con la que brega... Y no digo más para no chafar la película
Bobby Lee
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