Un hermano soldado, voluntarioso y sensible; el otro vago, sin escrúpulos y desconsiderado, a partir de este tópico se construye este drama al que ni siquiera las buenas actuaciones consiguen elevarlo por encima del escalón de mediocre, una película que se divide claramente en dos capítulos, en el primero se anteponen los problemas familiares, edulcorados con demasiado protagonismo a las dos niñas; sobre el dolor de Afganistan, no hay drama bélico salvo en algún momento de lucidez, el secuestro no es agobiante.

Para la segunda parte se guarda lo mejor, la película deja de ser un "ya visto" para introducirse en el dolor de las cicatrices psicológicas, muestra con total claridad lo destrozadas que pueden quedar las personas ante el horror de la guerra, una mirada de Maguire es sufiicente para mostrar que se ha convertido en un psicótico, un inadaptado de la sociedad y de su propia familia, lo mejor de todo es que consigue transmitir el ahogo a los espectadores.