Desde el comienzo se deja claro que esto es una denuncia al racismo ocurrido en una comunidad cerrada cuyos primeros comentarios ya denotan que tienen una fobia sobre la comunidad negra y que atrae a unos agentes del FBI por la desaparición de tres chicos activistas de los centros civiles, unos personajes que son totalmente diferentes en su forma de pensar y de actúar y que vienen a ser unos papeles básicamente para que se luzcan, algo que hace alejarse un poco del drama real que está sucediendo...
En cuanto a ese drama cuenta con una aceptable veracidad la marginación de la minoría negra a través de comentarios y algunas escenas de buen peso, se ve que rodadas por profesionales, intentando explicar de donde proviene todo ese odio... en un lugar donde no les gusta que les digan como deben vivir, con lo que la investigación se ve complicada ya que además los negros se niegan a hablar... desembocando en una oleada de violencia, algo que podría ser que ocurriera de todos modos, pero da la impresión de que ha sido provocada por los dos chicos blancos, no es por el negro por el que hay ahí tantos profesionales tanto de la policía federal como de los medios... una ambiguedad que se presenta en toda la cinta, incluso en el pueblo protestan porque piensan que se pueda tratar de un montaje publicitario para alterar su forma de vida.
Lástima de historia paralela de amor o de compasión que se introduce para poder conectar la trama con el sospechoso, quizás falta entretener un poco con las costumbres de los negros, su cultura o sus ideales, poco cuidado en ese sentido... lo cierto es que la intriga va siendo cada vez más saciante hasta que por fin comienzan a mostrarse los dudosos pero efectivos métodos del FBI para aumentar el ritmo y concluir la película de una manera casi a la altura de la tremenda historia que había entre manos, hablar del KKK es complicado, duro y es muy difícil que el resultado sea totalmente satisfactorio.