Un futuro pesimista abre el abanico como para que esta parte sea, puede que sin lugar a dudas, la mejor o más entretenida de la saga, ese proceso de cambiar el destino no es exclusivo, pero sobrepasa la expectativas del resto, acabar algo antes de que se empiece es un estímulo definitivo, promoviendo batallas psicológicas y un ambiente en el que curiosear con cada escena, no es que consiga sumergirse en los sentimientos, pero el espectáculo está más que garantizado, con secuencias inolvidables y un reparto que mejora el del presente, añade la clásica disputa con personaje femenino en medio y promueve estados de conciencia con gran amplitud de escenarios que pueden llevar a la histeria universal.

Una guerra de pactos y traiciones que libera al espectador y mantiene el sello "X-Men", y es que la identidad sólo se ve dañada por la adaptación del personaje de Lobezno como un pacificador, llegue a un jugoso doble desenlace aunque no lo cuadra como para definitivamente etiquetarla de gran película de ciencia-ficción, la amenaza al planeta no llega a la grandiosidad que siempre acaba en manos de los poderes de los mutantes, el inicio de un nuevo mañana acaba resumido en estar basado, como en las demás, en las grandes escenas de acción, pero ahí queda todo ese pasado incierto, ese futuro infinito y todas sus posibles consecuencias, consigue dejar esa sensación de que el futuro nunca está del todo escrito.