Es muy difícil encontrar unos personajes que estén tan profundizados que el finalizar la película parezca como si los conocieramos de toda la vida, son personas a las que les ocurren cosas aparantemente normales, todos tenemos nuestros miedos, frustraciones y sueños, algunos somos ambiciosos y otros perdedores...
Unos personajes dinámicos que indican claramente lo que les ocurre en cada momento a través de unas actuaciones ejemplares, una película realmente bien escrita para contactar con ellos y un final que no la cierra con maestría, pero que clava ese plano sonriente de K. Spacey.