Genial retrato de las horas bajas en otros tiempos, en un ambiente de salud, economía y sentimientos decadentes, y así es como que hay que seguir, hay que vivir, "Rififi" tiene su propio estilo dentro del cine negro, un duelo de amistad y profesión y una caja fuerte entre rincones aislados y piezas musicales, las sombras se ponen en acción y la pasión es la que verdaderamente se distingue del cine americano, Rififi es un hombre con un nombre en las calles, en todo momento toma el control, una película rodada con paciencia y que supone un espectacular y real homenaje ante la frialdad con la que se graba el golpe.

Sabe mover los hilos para ir engrandeciendo en cuanto tienen el dinero, aprieta con las normas y comienza una guerra en la que todos sus elementos están en juego, sin necesidad de diálogos vacíos ni secuencias de relleno, aquí se puede diferencias estrictamente lo que sale bien de lo que sale mal, lo que hay que pagar por los errores, y cómo llegar hasta el final, hasta que el método es el arma, un recorrido por las calles de la ilegalidad dejando una mancha de miseria al tiempo que de dignidad, las joyas, el dinero y el niño, un dramatismo en configuración de embudo que bien podría superar a los grandes clásicos del cine americano.