Interesante film de corte social, un melodrama en toda regla, pero nada sensiblero que sí sensible y a la vez muy duro, gracias a un estimable guión del propio realizador y de Chris Bergoch.
Se narran las "aventuras", más bien bromas que gastan tres niños mientras sus progenitoras se deben ganar muy duramente la vida, incluso saliéndose de la Ley.
Con varios toques de humor, pero siendo un muy áspero drama, el mundo infantil se debate entre los juegos de niños y las penalidades de los mayores, buscando o intentando llegar a un mundo donde los adultos no les hagan daño, donde reine la felicidad, aunque ese mundo soñado sea más falso que una moneda de tres euros.
Muy bien interpretada y con un Willem Dafoe fantástico, muy alejado de sus papales habituales, aquí de hombre bueno, paciente con los niños pese a sus continuas barrabasadas, solidario con las madres de los niños a pesar de todos los pesares, y con escenas excelentes, como el del pederasta.
Muy sobria y muy dramática a la vez en ciertas escenas y, repito, muy dura en el fondo, deja un buen sabor de boca a cine realizado con esmero, muchísima dignidad y honestidad, narrando unas historias nada complacientes llenas de lucha por la subsistencia, solidaridad, ternura y amor, tristeza, amargura, y rabia ante las adversidades.
Real como la vida misma, deja al espectador un poco azorado, sabedor de que los personajes tendrán que lidear con su cotidianidad, llena de grises y pocas alegrías.

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