Pues un film evidentemente fallido pero honesto y digno a carta cabal.
Se trata del debut en el largometraje de Henry Hobson y no puede ir más directo al grano (aunque emplee más metraje del necesario...).
No se anda con chorradas ni ínfulas moralistas ni intelectuales y nos ofrece un auténtico drama familiar, con un padre con un amor incondicional hacia su hija y que hace todo lo posible por estar con ella hasta el final, sea cual sea este.
Quizás al finalizar la proyección el/la espectador/a pueda pensar: "¡pues, vaya, para este viaje no se necesitaban tantas alforjas!" pero ello indica que el realizador no trata de ser complaciente con nadie en ningún momento y sí ser sensato y coherente con la durísima y muy triste historia.
Arnie está bien en su nada fácil papel y transmite con verdadero candor y determinación el cariño y amor que siente hacia su hija.
Bien la banda sonora de David Wingo.
Quizás no sea un placer ver este filme, entre otras cosas por su moroso ritmo, pero está bien y hay que valorarlo positivamente, al menos en su aspecto puramente humano.

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