Entretenida película dirigida por el maestro Tim Burton, aunque en esta ocasión haya que confesar que no tiene demasiado de su impronta general. Con ello quiero decir que resulta amena, no aburre nada, pero no es muy imaginativa ni tampoco emotiva.
Sí juega con el sentimentalismo, sobre todo con todo lo relacionado con el inmenso amor de Dumbo hacia su madre y viceversa, así como de los dos niños y Dumbo… aunque no molesta, la verdad. Y es que, viviendo en un mundo tan duro, competitivo, sarcástico y a menudo cruel, la verdad es que ver escenas donde el cariño y amor, tanto familiar como de pura amistad se resaltan, resulta reconfortante.
Por lo demás, es irregular en su ritmo, apunta momentos que Burton no explora, supongo que por imposiciones de la productora Disney, como la presentación del personaje de Colin Farrell, pero es bien cierto que burla burlando, muestra la falta de alma de los grandes y mezquinos empresarios así como de la Banca.
Creo que, aunque no deja mal sabor de boca, se olvida con cierta facilidad al no tener verdadera personalidad ni escenas deslumbrantes, pero sí que ver a Dumbo volar sobre los espectadores del circo gusta por su impronta de libertad y poder.
Indudablemente, mejor para ver en compañía de niños o jovencita/os, que son quienes más la gozan con esta simpática y positiva película, más allá de sus irregulares cualidades cinematográficas. Aunque los mayores, sobre todo los hombres, podemos extasiarnos con una bellísima Eva Green. ¡Pero qué requeteguapísssima que es!

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