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Voto de el cherif camardiel:
8
Thriller. Drama. Comedia Hollywood, años 60. La estrella de un western televisivo, Rick Dalton (DiCaprio), intenta amoldarse a los cambios del medio al mismo tiempo que su doble (Pitt). La vida de Dalton está ligada completamente a Hollywood, y es vecino de la joven y prometedora actriz y modelo Sharon Tate (Robbie) que acaba de casarse con el prestigioso director Roman Polanski. (FILMAFFINITY)
15 de agosto de 2019
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine. ¿Que es el cine?, quizá sea una expresión artística como la pintura y la literatura o un medio de evasión como también lo son los videojuegos, es plasmar un pensamiento o unos sentimientos, un reflejo de la sociedad o del propio cine, pero sobre todo es un medio para contar historias, es ficción.

Se podría decir que el cine es una religión y nosotros los cinéfilos somos sus fieles creyentes, Quentin Tarantino es uno de sus mayores devotos y su sentimiento y pasión hacia el séptimo arte lo ha dejado claro desde siempre en su filmografía, pero en esta película de metacine le ha escrito su mayor plegaria, se mezcla todo tipo de genero pasando por la comedia, el drama, incluso rozando el terror. Nunca la meca del cine había tenido tan buen aspecto como aquí, extasiando al publico como a santa Teresa la cinéfila.

La cinta en cuestión tiene alma de cuento o fábula, de esos que empiezan con un "érase una vez..." como su título indica ( también ha tenido algo que ver Sergio Leone) y que terminan con un "vivieron felices y comieron perdices", con esto crea una utopía social parafraseando a Platón al mostrar que un estado es ideal si en el reina la justicia, una justicia poética según el director. Una cosa que me llama la atención del cine de Tarantino es el gusto que tiene por el ocio en general y los bares en particular, como canta Gabinete Caligari "bares, que lugares, tan gratos para conversar", en sus películas casi siempre sale a escena algún bar, partiendo de la escena inicial de Reservoir Dogs, el momento de los silencios incómodos de Pulp Fiction, el monologo de Kurt Russell sobre los bares en Death Proof, o la tensa situación que se produce en la taberna de Malditos Bastardos. Aquí, el director se recrea con planos detalle de diferentes bebidas, incluso organizando una quedada con el fucking Rick Dalton y el agente de apellido impronunciable en un bar para hablar ¿de qué? pues de cine, claro está.
el cherif camardiel
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