Me encanta el cine francés, nunca me canso de decirlo, pero no puedo decir que me haya encantado esta película que Bertrand Tavernier dirigiría en Senegal en 1981. La historia en interesante y podía haber dado como resultado una más que interesante película de misterio o un drama sobre la maldad intrínseca en el ser humano pero Tavernier ha hecho aquí una mezcla de géneros que no acaba de cuajar. Estoy completamente de acuerdo con otro usuario en que el doblaje al español es funesto y no le hace ningún favor a la película y también de acuerdo con el crítico que comentaba que era una película curiosa, lo es sin duda, pero a mí no me ha llegado. Lo más favorable sin duda es el más que correcto trabajo de todo su grupo de actores, empezando por el veterano Philippe Noiret que da vida al protagonista de la película, ese jefe de policía totalmente humillado personal y profesionalmente por esposa y conciudadanos. Junto a él, una siempre excelente Isabelle Huppert y el descubrimiento de una solvente Stepháne Audran. Mal cuerpo el que deja en algunos momentos esta película, con un entorno racista, machista y despiadado en el que el lema de "El hombre es un lobo para el hombre" no puede ser más acertado.