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Venezuela Venezuela · Maracaibo
Voto de bucefalo:
7
Terror. Intriga Cuando Kathy Thorn da a luz a un bebé muerto, su esposo Robert le oculta la verdad y sustituye a su hijo por un niño huérfano, ignorando su origen satánico. El horror empieza cuando, en el quinto cumpleaños de Damien, inesperadamente, su niñera se suicida. Un sacerdote que trata de advertir a Robert del peligro que corre, muere en un inesperado accidente. El creciente número de muertes hace que Robert, por fin, se dé cuenta de que el ... [+]
25 de marzo de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin logré vencer un prejuicio que ya tenía décadas: logré ver a Gregory Peck en LA PROFECIA (1976) durante éste Viernes Santo del año 2016. Extraña ironía porque éste es el día de Dios y no del Demonio. Aunque es evidente que no podemos asumir a Dios sin su principal antagonista. La marca de los súper héroes es la dicotomía, es decir, un maniqueísmo casi infantil que sitúa sin mayores inconvenientes a los buenos a una distancia prudente respecto a los malos dentro de una rivalidad inevitable. Lo normal es que los buenos siempre se impongan. En ésta variante que se nos ofrece en LA PROFECIA los malos ganan, lo cual queda remarcado en la última escena cuando se cita un oscuro verso del Apocalipsis bíblico. ¿Da miedo LA PROFECIA a un espectador 40 años después de su estreno? Yo pienso que no. El verdadero miedo ya está instalado entre los humanos amantes de las guerras, bombas, terroristas, hambrunas, epidemias y otros desmanes cotidianos. El fin del mundo es una agonía personal cuando nos toca enfrentarnos a nuestra particular despedida. Ahora bien el suicidio colectivo como aldea global no creo que sea un asunto de Dios, ni siquiera del Diablo, el cual está muy bien representado y no necesita seguir incitándonos al mal porque ya éste reina. El fin del mundo, si se llega a plantear, será un asunto de la casualidad, como cuando los meteoritos hicieron desaparecer a los dinosaurios, o por ese capricho nuestro en exaltar todo lo que representa Caín de una forma terrenal. Lo cierto del caso es que LA PROFECIA nos mantiene interesado hasta el desenlace final porque no sabemos si el hierático Gregory Peck será capaz de atender de una vez por todas los avisos y signos a su alrededor de una fatalidad, que él, sólo él, y esto es un tanto peliculero, puede detener de un tajo. Pues no. Cuando ya todo está perdido y toda su felicidad convencional se le desaparece es que decide actuar. Que el mal o la encarnación de Satanás sea un niño regordete con cara de bobalicón tampoco invita mucho al miedo. Aún así, se trata de un niño, y a los niños se les mide por su inocencia. Algo que por cierto no respaldo en lo más absoluto. Los niños son expertos manipuladores y saben muy pronto mentir. Si no se les corrige rápido van encarnando en su crecimiento la debilidad por las faltas y los delitos. En fin, LA PROFECIA es una película mítica que se parece más bien una saga infantil de EL EXORCISTA (1973), que en el momento cuando la vi, sí me produjo miedo porque la truculencia visual no hay duda que es muy efectista. Todo lo que se ha hecho posteriormente teniendo al Diablo como protagonista es de muy baja calidad y sin apenas algún aporte al género, salvo la muy impactante y “veraz”: EL EXORCISMO DE EMILY ROSE (2005). El Diablo tiene más gancho que Dios en eso de atraer espectadores apostatas o confesos transgresores de rituales religiosos apenas epidérmicos. Y el cine, esa industria impúdica que mide su éxito por lo recaudado en las entradas, nunca va a reparar en ofrecer las mejores golosinas a su crédula, predecible y entusiasta clientela mundial.
bucefalo
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