Lenta, larga y con un díalogo sin sentido de lo real. Un Brad Pitt acartonado y previsible. Una completa decepción. Se pretende profundizar en la psicología de los personajes y estos no terminan de convencernos. Los últimos diez minutos son esclarecedores de tanta confusión en el argumento, pero ya el daño estaba hecho. Robert Ford en todo caso es presentado como un desquiciado sobrellevando una estupidez pasmosa. El héroe y el anti-héroe se confunden de acuerdo a los convencionalismos de una època bárbara y miserable.