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Venezuela Venezuela · Maracaibo
Voto de bucefalo:
5
Fantástico. Ciencia ficción. Acción El mundo ya sabe que el multimillonario Tony Stark (Robert Downey Jr.) es Iron Man, el superhéroe enmascarado. A pesar de las presiones del gobierno, la prensa y la opinión pública para que comparta su tecnología con el ejército, Tony es reacio a desvelar los secretos de la armadura de Iron Man, porque teme que esa información caiga en en manos de irresponsables. Con Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) y James “Rhodey” Rhodes (Don Cheadle) a ... [+]
25 de mayo de 2010
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Robert Downey Jr., al igual que en el mítico relato del Ave Fénix, renace de sus cenizas y vuelve a recuperar la fama y el éxito que todos le auguraron cuando en sus inicios interpretó a un esplendido Chaplin en la película que dirigió Richard Attenborough en el ya lejano año de 1992. Su relanzamiento se lo debemos a películas tan dispares como: Tropic Thunder (2008), Iron Man (2008) y Sherlock Holmes (2009), todas ellas muy comerciales y éxitos de taquilla. Un rasgo sobresale en éste carismático actor, por lo menos, en estas últimas películas, y es su tendencia a sobreactuar, lo cual obviamente, le resta espontaneidad a sus caracterizaciones. No obstante, Iron Man II, es un derroche visual de tecnología futurista dentro del consabido esquema de buenos enfrentando a malos. Una vez más, la presencia terrorista internacional hostil a los Estados Unidos, sirve de pretexto para ésta historia vertiginosa plagada de acción y efectos especiales. Poco importa las incoherencias de la trama, ni el desperdicio de buenos actores como Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, Scarlett Johansson y Mickey Rourke, desarrollando actuaciones planas y sin mayor inspiración. Es que todo el protagonismo descansa en el robot justiciero cuyas ansias pacificadoras le llevan a imponer la mayor de las violencias sobre las amenazas que van surgiendo en contra de la “seguridad nacional”. Y es que en el fondo Iron Man 2 parece ser financiado por los miembros de la belicosa y poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), agrupación estadounidense que reclama el derecho a poseer armas. El protagonista y su robot no hacen otra cosa que “jugar a la guerra” sin despeinarse. Y de paso, manejan otro planteamiento que sirve para alimentar la polémica: la pertinencia de ejércitos privados en manos de grandes corporaciones, haciendo negocios con la muerte, sin límites ni escrúpulos que valgan, todo ello, desplazando los roles del Estado y las fuerzas de seguridad convencionales.

En definitiva, Iron Man II, es una película más que se regodea en una violencia inútil como banal, y que sirve como escape compensatorio a tantos aprendices de rambos que pululan por el mundo.
bucefalo
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