Valkiria nos sitúa en la segunda guerra mundial y relata el atentado que urdieron un conjunto de oficiales liderados por el coronel Caus Von Stauffenberg, para matar a Hitler y a sus más allegados. El motivo que les impulso a fraguar tan arriesgado plan, consistía en librar al mundo del nacional socialismo de Hitler y evitar, de esta forma, el sombrío futuro que le esperaba a Alemania.

Nos encontramos ante un capítulo de la historia cuyo final todos conocemos. A aquellos que pretendan criticar esta obra por semejante concepto, les diré que se tomen el tiempo suficiente para reflexionar en la narrativa, en el diseño de producción, en las interpretaciones, en la ambientación y en el resto de componentes que hacen de ésta, una buena película. Les instaría a que revisaran películas como "Perdición" y "El crepúsculo de los dioses" (Ambas de Billy Wilder), y que se fijaran en cómo comienzan. En ambas ocasiones el espectador conoce el desenlace desde el principio y, sin embargo, ese detalle no les resta calidad alguna. Lo que realmente importa, es que Bryan Singer consigue crear un clímax de tensión constante, fomentando el interés y la concentración del espectador desde el principio de la cinta.

Quiero dejar constancia de que me considero un detractor del cine de Singer. No me convencieron las dos primeras entregas de "X-men", tampoco la insoportable "Superman returns", ni tan siquiera la sobrevalorada "Sospechosos habituales", pero tengo que reconocer que en esta ocasión, ha realizado un trabajo más que correcto.

Aludiendo al montaje final del largometraje, resulta muy acertada la decisión de estructurar la película en tres partes; ya que Wagner compuso "Valkyrie", en el mismo número de actos.

La película comienza con una introducción de obligada necesidad y prosigue con la preparación de la operación. Como nexo de unión, Singer introduce una secuencia de gran valor y calidad cinematográfica: En ella, Stauffenberg pone a salvo a su familia de un bombardero. A través de un tocadiscos suena el "Valkyrie" de Wagner. La aguja salta ante la detonación de cada bomba. La escena finaliza con un primerísimo plano del vinilo, mientras reproduce la ópera. Justo en ese instante, comienza la operación y las tres partes en las que se divide la película: La planificación del atentado, el ejercicio del mismo y las consecuencias derivadas de su práctica. Éstas transcurren velozmente con un ritmo trepidante y una narrativa excelente, que combina con gran maestría secuencias de gran trascendencia explicativa caracterizadas por la ausencia de música, con otras que confieren al conjunto de tensión y dinamismo narrativo, gracias a la adecuada partitura de John Ottman.

Para finalizar, procederé con un ejercicio de lógica.

Enunciado previo: Valkiria pretende entretener ajustándose a un relato histórico.

Premisa 1: Una buena película debe conseguir lo que pretende.
Premisa 2: Valkiria consigue lo que pretende.

Conclusión: Valkiria es buena.