"Poor Things" es un canto a libertad, un lienzo en blanco sobre el que un narrador excepcional destroza una vez más todos nuestros prejuicios y convecciones. Una fabula en la que Emma Stone cincela de principio a fin su segundo Oscar como actriz principal, entregándose a Bella Baxter y a Lanthimos en cuerpo y alma. Esta película se sostiene sobre sus hombros.

Desde que la academia decidió no premiar a directores como Lynch, Kubrick, Hitchcock, Lumet, Fritz Lang, Oscar Wilde o Charles Chaplin, crearon una nueva subcategoría casi tan importante o más que la principal. Esta categoría parece reservada para los Lanthimos, Aronofsky, Villenueve, Fincher... etc. Es esta subcategoría, en su camino a ganar el Óscar a mejor dirección (o no), la que determinará si algún día superará las que son para mi sus dos mejores obras; "Canino" y "The Lobster". Si Yorgos nunca termina ganando este galardón, habrá escogido el camino correcto.

"Poor Things" es otra precisa disección, previa radiografía, de la raza humana made in Lanthimos. Cargada de certezas, ironía, humor, libertad, amor... y verdades incontestables. La catapulta definitiva de Emma y Yorgos a las grandes ligas, el juega desde el inicio de su carreta con los grandes y Stone ha escrito su nombre junto con el de Meryl Streep, Bette Davis, Ingrid Bergman, o Elizabeth Taylor... y lo más importante, merecidamente y de forma objetiva.

Directa al top 3, de un director único y diferencial, del que quedan ríos y ríos de tinta por escribir.