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Voto de cinefilico:
10
7,6
117.541
Drama
Nina (Natalie Portman), una brillante bailarina que forma parte de una compañía de ballet de Nueva York, vive completamente absorbida por la danza. La presión de su controladora madre (Barbara Hershey), la rivalidad con su compañera Lily (Mila Kunis) y las exigencias del severo director (Vincent Cassel) se irán incrementando a medida que se acerca el día del estreno. Esta tensión provoca en Nina un agotamiento nervioso y una confusión ... [+]
20 de febrero de 2011
15 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Prólogo:
Ya no recuerdo cuándo fue la primera vez que oí hablar sobre Black Swan, pero sí me quedó una cosa clara ese día; no se me podía escapar. Así que allí estaba yo, con la sala a reventar, pensando en qué es lo que creerían que iban a ver, pues indudablemente, Aronofsky no es para todos los públicos. Absorto yo en pensamientos sin importancia, resuena la música de Tchaikovsky y comienza la película, un primer minutos, que nos resume qué es lo que vamos a vivir durante las dos horas. Una cosa es prometedora, será una experiencia única.
Acto 1º: La forma
La perfección no existe, y en el hipotético caso de que por alguna extraña razón esa perfección se pudiese dar en algún momento, es única e irrepetible. Aronofsky nos cuenta la historia de una joven bailarina de ballet en una compañía en la que la solista principal acaba de jubilarse. Es necesario encontrar a una nueva solista para el estreno de temporada con El lago de los cisnes, donde la solista hará los dos papeles principales, el cisne blanco y el cisne negro. Nina, nuestra protagonista es una muchacha dulce, frágil, perfeccionista, un perfecto cisne blanco pero para el papel de cisne negro es necesario alguien visceral, que baile con el corazón y que se deje llevar por la magia del compositor ruso ¿será capaz de lograrlo? Para ello tendrá la ayuda de su protectora madre, que intenta lograr que su hija sea lo que ella no logró.
Desde luego no será un camino de rosas, ni mucho menos, y su obsesión por la perfección probablemente le acabe pasando factura. Durante este primer acto veremos a Nina luchando contra sí misma para lograr esa espontaneidad que necesita el cisne negro.
No es fácil ver una película que centrándose en el fondo cuide tan bien su forma. La fotografía de Mathew Libatique nos lleva al mundo de Nina pero desde la frialdad, jugando con luces, sombras y claro-oscuros. A la excelsa fotografía se le une un montaje dinámico, incluso mareante en ocasiones, en el mejor sentido de la palabra. Remata la faena un cuidado diseño de producción y un gran trabajo de vestuario así como de maquillaje. (sigo en spoiler sin spoilear)
Ya no recuerdo cuándo fue la primera vez que oí hablar sobre Black Swan, pero sí me quedó una cosa clara ese día; no se me podía escapar. Así que allí estaba yo, con la sala a reventar, pensando en qué es lo que creerían que iban a ver, pues indudablemente, Aronofsky no es para todos los públicos. Absorto yo en pensamientos sin importancia, resuena la música de Tchaikovsky y comienza la película, un primer minutos, que nos resume qué es lo que vamos a vivir durante las dos horas. Una cosa es prometedora, será una experiencia única.
Acto 1º: La forma
La perfección no existe, y en el hipotético caso de que por alguna extraña razón esa perfección se pudiese dar en algún momento, es única e irrepetible. Aronofsky nos cuenta la historia de una joven bailarina de ballet en una compañía en la que la solista principal acaba de jubilarse. Es necesario encontrar a una nueva solista para el estreno de temporada con El lago de los cisnes, donde la solista hará los dos papeles principales, el cisne blanco y el cisne negro. Nina, nuestra protagonista es una muchacha dulce, frágil, perfeccionista, un perfecto cisne blanco pero para el papel de cisne negro es necesario alguien visceral, que baile con el corazón y que se deje llevar por la magia del compositor ruso ¿será capaz de lograrlo? Para ello tendrá la ayuda de su protectora madre, que intenta lograr que su hija sea lo que ella no logró.
Desde luego no será un camino de rosas, ni mucho menos, y su obsesión por la perfección probablemente le acabe pasando factura. Durante este primer acto veremos a Nina luchando contra sí misma para lograr esa espontaneidad que necesita el cisne negro.
No es fácil ver una película que centrándose en el fondo cuide tan bien su forma. La fotografía de Mathew Libatique nos lleva al mundo de Nina pero desde la frialdad, jugando con luces, sombras y claro-oscuros. A la excelsa fotografía se le une un montaje dinámico, incluso mareante en ocasiones, en el mejor sentido de la palabra. Remata la faena un cuidado diseño de producción y un gran trabajo de vestuario así como de maquillaje. (sigo en spoiler sin spoilear)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Acto 2º: El fondo
No es fácil ver una película que centrándose en la forma cuide tan bien su fondo. La psicología de los personajes están tan bien llevados y evolucionan de forma tan creíble que incluso los momentos menos reales unos los encuentra casi personales. Favorece también la mano maestra del director así como unos actores en estado de gracia, desde la increíble Natalie Portman, que muestra la inacabable variedad de recursos interpretativos de la actriz hasta el pequeño e impactante papel de Winona Ryder o el fabuloso trabajo de Barbara Hershey.
Para rematar el cúmulo de sentimientos tratados en el guión, y que sienta como una patada en el estomago, está el trabajo de Clint Mansell donde, basado en El lago de los cisnes, no solo hace un gran uso de El lago de los cisnes, sino que usándolo como base, logra una grandiosa banda sonora repleta de matices.
No hay nada dejado al azar en la película lo que la convierte en un trabajo de forma y de fondo que por desgracia se ve en muy pocas ocasiones en el cine actual.
Acto 3º: El Alma
Un trabajo tan bien elaborado no tendría ningún sentido sin dotarla de alma. Y ese alma es sin duda, Natalie Portman, cada gesto, cada mirada, cada levantamiento de ceja, cada temor, cada mínimo movimiento que realiza a la actriz durante el film hace que el cuerpo se estremezca. Pocas veces puede uno disfrutar en el cine de observar el trabajo que hay detrás de un personaje, Portman nos lo muestra y nos demuestra que detrás de tanta cena lujosa y vida entre algodones hay un mundo duro y sacrificado, y que el papel que realiza en Cisne negro necesita una preparación física y psicológica extrema y no simplemente presentarse en plato y moverse con soltura.
Casi sin darse uno cuenta acaba la película, reconozcámoslo, de la única forma como podía acabar.
La perfección no existe, y en el hipotético caso de que por alguna extraña razón esa perfección se pudiese dar en algún momento, es única e irrepetible. Aronofsky y Portman lo han conseguido. Aparecen los títulos de crédito, la gente se levanta pero mi cuerpo no responde, sigo hipnotizado por lo que acabo de ver. Cuando por fin logro levantarme, tengo que hacer esfuerzos sobrehumanos para bajar las escaleras sin caerme rodando. El impacto ha sido enorme, y la experiencia, profundamente enriquecedora.
Un 10.
No es fácil ver una película que centrándose en la forma cuide tan bien su fondo. La psicología de los personajes están tan bien llevados y evolucionan de forma tan creíble que incluso los momentos menos reales unos los encuentra casi personales. Favorece también la mano maestra del director así como unos actores en estado de gracia, desde la increíble Natalie Portman, que muestra la inacabable variedad de recursos interpretativos de la actriz hasta el pequeño e impactante papel de Winona Ryder o el fabuloso trabajo de Barbara Hershey.
Para rematar el cúmulo de sentimientos tratados en el guión, y que sienta como una patada en el estomago, está el trabajo de Clint Mansell donde, basado en El lago de los cisnes, no solo hace un gran uso de El lago de los cisnes, sino que usándolo como base, logra una grandiosa banda sonora repleta de matices.
No hay nada dejado al azar en la película lo que la convierte en un trabajo de forma y de fondo que por desgracia se ve en muy pocas ocasiones en el cine actual.
Acto 3º: El Alma
Un trabajo tan bien elaborado no tendría ningún sentido sin dotarla de alma. Y ese alma es sin duda, Natalie Portman, cada gesto, cada mirada, cada levantamiento de ceja, cada temor, cada mínimo movimiento que realiza a la actriz durante el film hace que el cuerpo se estremezca. Pocas veces puede uno disfrutar en el cine de observar el trabajo que hay detrás de un personaje, Portman nos lo muestra y nos demuestra que detrás de tanta cena lujosa y vida entre algodones hay un mundo duro y sacrificado, y que el papel que realiza en Cisne negro necesita una preparación física y psicológica extrema y no simplemente presentarse en plato y moverse con soltura.
Casi sin darse uno cuenta acaba la película, reconozcámoslo, de la única forma como podía acabar.
La perfección no existe, y en el hipotético caso de que por alguna extraña razón esa perfección se pudiese dar en algún momento, es única e irrepetible. Aronofsky y Portman lo han conseguido. Aparecen los títulos de crédito, la gente se levanta pero mi cuerpo no responde, sigo hipnotizado por lo que acabo de ver. Cuando por fin logro levantarme, tengo que hacer esfuerzos sobrehumanos para bajar las escaleras sin caerme rodando. El impacto ha sido enorme, y la experiencia, profundamente enriquecedora.
Un 10.