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Voto de Vivoleyendo:
8
Drama. Romance. Comedia Malena es la belleza más encantadora e irresistible de Castelcuto, un tranquilo pueblo de la soleada costa siciliana. Es nueva en el pueblo y, estando su marido en la guerra, cada paseo que da se convierte en un espectáculo que va acompañado de las lujuriosas miradas de los hombres y de los resentidos cotilleos de sus envidiosas esposas. Un ejército de flacos adolescentes en bicicleta la sigue allí donde vaya, con la única intención de ... [+]
21 de noviembre de 2009
28 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi admirado Giuseppe Tornatore no sólo narra aquí la enternecedora y calamitosa historia de amor secreto de un adolescente hacia la beldad del pueblo. Además de eso, despelleja sin piedad, un poco grotescamente (con toda la intención, sin alejarse en el fondo de la realidad de este mundo cruel) esos feos y repugnantes lastres y defectos sociales: la envidia, la maledicencia, el instinto borreguil, el dedo acusador, la falta de empatía y el malsano y oculto afán de la masa por condenar y lapidar (tanto figuradamente como literalmente) al primer cabeza de turco al que se le haya colgado una etiqueta que lo distingue.
En Castelcuto, un pueblecillo cualquiera de la geografía italiana, la maldad social se ensaña con la belleza local, Malèna. Es tan hermosa que a su paso detiene el tráfico humano. Todas las miradas se vuelcan en ella, y si las miradas pudiesen perpetrar lo que muestran, Malèna sería violada todos los días por hordas de salvajes que se dicen honrados ciudadanos de orden. Sería despedazada por hordas de mujeres envidiosas y amargadas que se dicen buenas, decentes y beatas, pero que se mueren por atraer siquiera la mínima parte de las pasiones que Malèna atrae, que se pirran por poseer su aura de fémina irresistible, que ella misma no pidió al nacer ni que alienta más que con su propia presencia.
Todas las lenguas murmuran, todas dicen comentarios soeces. Todas se erigen en árbitros y jueces malvados de la vida privada y de las intimidades de una mujer honrada (ella sí que lo es de verdad) que no ha hecho nunca más que vivir como cualquiera y sin hacer nada destacable.
Entre tantos malsanos pensamientos y afirmaciones, sólo una persona, sólo una, traspasa más allá de la superficie de hermosura, más allá del deseo y más allá de la propia vanidad herida por la belleza ajena que destapa la propia fealdad. Y es un chico de poco más de doce años, invisible, que se enamora, sin condiciones, de la mujer, no solamente del cuerpo, del rostro, de los andares.
Renato es el único que la conoce tal como ella es. Su protector en la sombra, aunque no pueda hacer mucho aparte de observar, ser testigo y mascullar maldiciones contra los malintencionados. Es el único que siente piedad. Y el único capaz de amarla, comprenderla y perdonarla siempre, siempre, en cualquier circunstancia.
Malèna es más que los sueños calientes de un jovencito sensible atrapado en un entorno cerril y zafio. Es el proceso de madurez del hombre que anida en él.
Es el amor verdadero. “El amor verdadero es el que no es correspondido”, escribe Renato en una carta clandestina de tantas en las que expresa lo que siente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
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