Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
8
Drama Durante un hermoso verano, un escritor, siempre demasiado ocupado y de temperamento frío y distante, va a pasar unos días con sus hijos, un adolescente y una joven con problemas mentales, que está casada con un médico que la cuida con gran ternura. Su estancia en la isla donde viven sus hijos desencadena una crisis que los afecta a todos, pero especialmente a él, porque toma conciencia de su incapacidad para darle a su familia lo que espera de él. (FILMAFFINITY) [+]
1 de enero de 2009
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bergman siempre denso, siempre difícil de abordar, invariablemente incómodo, encarándonos con lo más áspero de nuestra condición, con lo que no queremos ver porque altera nuestro precario equilibrio… Nos planta un espejo delante en el que no contemplamos la superficie, sino un retrato de lo que somos por debajo de la fachada… Y mucho de lo que vemos no es muy tolerable, e incluso algunos rasgos son insoportables… A nadie le gusta verse realmente desnudo ante el espejo del alma. Siempre salen a la luz cosas que no estamos preparados para encarar.
El inclasificable director sueco, implacable y crudo, obliga al espectador a mirarse a ese temible espejo. La sobria fotografía es engañosa. Es como el pulido y liso cristal que al tacto es suave y agradable, pero cuyo reflejo es perturbador. La aparente sencillez visual, la escasez de personajes, la austeridad de medios son trampas que ocultan un veneno potente.
En “Como en un espejo”, Bergman de nuevo atrae toda la atención hacia la fuerza interpretativa y hacia las abismales profundidades del guión. Todo es un paradigma de la soledad humana. Esa casa apartada a orillas del mar, esa pequeña familia, ese hombre viudo y desesperado, esos dos jóvenes huérfanos, esa chica cuya mente oscila entre dos mundos, ese marido traspasado por la impotencia de no poder hacer nada…
Cada uno soporta una carga abrumadora. Todos lejos de los demás, realizando el esfuerzo de mantenerse conectados por hilos demasiado finos… Están tan solos… Ese mar infinito resalta su aislamiento. Ellos fingen unidad, normalidad, una falsa alegría que se esfuma en cuanto nadie mira. El padre, David, que se asfixia, que necesita escaparse a Suiza o a otro sitio para fingir que es escritor y que necesita inspiración, pero en realidad huyendo del recuerdo de su difunta esposa y de su hija, que ha heredado la esquizofrenia de su madre. Karin, la hija, sumergida a rachas en sus visiones y voces que la van distanciando cada vez más de la realidad (¿Qué realidad? ¿Qué es más real para ella?). Minus, el hijo adolescente, que sufre una crisis interior intensa y que solamente se abre con su hermana, a la que teme y adora. Y Martin, el marido de Karin, médico pragmático que consagra su vida a cuidar de su joven esposa enferma.
David acaba de regresar de Suiza y el reencuentro familiar por fuera es alegre y dicharachero, pero por dentro escuece como una llaga abierta.
Los diálogos son el punto fuerte. Nunca se podrán captar todos los matices que derrochan los diálogos de una película de Bergman. Experto en recrear escenas cargadas de simbolismo y de múltiples significados, cada giro argumental es una nueva revuelta hacia el infierno de la mente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow