La he visto porque me llamó la atención tanto su elevada nota media como la buena opinión que tienen de ella mis almas gemelas y mis amig@s. MENUDA DECEPCIÓN.
Si empezaba con algo de interés, antes de la media hora yo ya estaba desconectada de esta insoportable mamarrachada.
Que le den por saco al De Niro haciendo ese papel de pirado psicópata fascistoide. Me repele ya cuando lo veo en un típico papel de capullo con sus tics característicos. O será que aquí me ha provocado un rechazo visceral. Me dan igual sus problemas con el mundo. Me dan igual sus manías, sus hipocondrías y sus idas de pinza. Me habría hecho un favor enorme si se hubiera ido a la Patagonia y se hubiera dedicado a criar chinchillas. Para lo que me ha interesado, lo mismo me daba.
No soporto a sus compañeros taxistas, no soporto al Harvey Keitel, no soporto a la madre que los parió a todos. Tan sólo se me hacen soportables Cybill Shepherd y Jodie Foster.
El guión es un desvarío que no lleva a ninguna parte. No veo qué coño me quería transmitir el Scorsese. ¿Que De Niro hace de héroe? ¿De ángel salvador? ¿Es una ironía? ¿Se quiere quedar conmigo? ¿Quería reflejar el mundo de un friki solitario, infeliz, paranoico, obseso y patético? ¿Qué demonios quería reflejar? ¿Que Nueva York es un antro de perversión? ¿Que el mundo es una mierda? Pues, hijo, puedes meterte tu bodrio por el culo. No se lo traga ni una boa constrictor. Puedes coger las casi dos horas que dura esto e ir tirándolas por el W.C., tirar de la cadena diez veces y después añadir unos chorros de lejía para desinfectarlo todo.
Me importa un pimiento que la fotografía sea así o asá. Me importa un pimiento que la música utilice solos de saxofón. No consigue que me entre ni por asomo esta cosa indigerible.
He dicho. Qué a gusto me he quedado.
Espero que al menos vosotros la disfrutéis. Felices vosotros si así ocurre.