Leí la novela ya no recuerdo cuándo, supongo que hará unos siete u ocho años, y no es de las que se quedan vívidamente en el recuerdo porque es tan insustancial y liosa (con tanto dato, tanta movida y tanto descubrimiento por minuto a ver quién se acuerda después del embrollo) que entretiene, sí, hasta engancha cuando la estás leyendo, pero empiezas a olvidarla al poco de haberla leído. No toca ninguna fibra sensible ni impresiona, y la supuesta controversia que contiene a mí particularmente no me interesa demasiado porque mi agnosticismo me hace bastante indiferente a los temas que tengan que ver con religiones y organizaciones secretas y conspiraciones relacionadas con ellas, todo lo cual rebota contra mi escepticismo. Como parte fundamental de la historia de la humanidad, su influencia en el devenir de tantos hechos de las civilizaciones y como depositarias y cunas de arte y cultura sí merece mucho la pena conocerlas y estudiarlas; pero no entro en el juego, ni de defender a la Iglesia a destajo ni tampoco denostarla a destajo. Entiendo que como tantas cosas tiene tanto su parte negativa como otra positiva. Ya más de una vez he declarado que no entro en ese tipo de polémicas.
Como novela de acción e intriga cumple, y precisamente es un best-seller porque es de esos libros que la gente se compra como rosquillas porque son de consumo fácil y rápido (bueno, a quien no le importe leerse un tochillo como quien devora una caja de donuts) con los que distraerte en esos ratos perdidos en los que no hay algo mejor que hacer.
Cuando he visto la película ya recordaba muy pocos detalles del libro, casi ninguno, pero de lo que sí estoy segura es de que la novela no me aburrió así. Completamente absurda (de las que lees siendo consciente de que tienes que apagar el detector de chorradas o ponerlo en modo poco exigente porque si no pitaría en tu cabeza cada vez que giraras una hoja), pero no en plan ladrillazo como su poco favorecida adaptación a la pantalla grande. Visualmente y estéticamente no hay pegas, prácticamente está aquí casi todo lo que uno se imaginaba... Pero la forma de contar falla. Y el desgano que impregna cada fotograma.
En la escena en la que hay una pistola apuntando y de repente, oh milagro, unos pájaros salen volando muy oportunamente para distraer al matón de turno ya fue cuando decidí conectar definitivamente el modo piloto automático para lo que restara de peli, porque ya había tenido suficiente.
Ignoro si la escena aparecía tal cual en la novela, porque carezco de una memoria prodigiosa. Pero si lo hacía, aquí le han quitado toda la chicha. Como a todo lo demás.
Será que, como dice Teabing, la gente nunca ve lo que tiene delante, o que sólo vemos lo que queremos ver. O tal vez el problema aquí sea que he visto algo más de lo que mi paciencia (y tengo bastante) me dicta.