Vale que George Lucas quisiera ahora centrarse en la época anterior al Imperio y que antes no la hubiera abordado porque la recreación de la variopinta República requiriese de unos medios tecnológicos más avanzados para crear efectos especiales a la altura.
Vale que haya querido mostrar la infancia de Darth Vader o Anakin Skywalker, la juventud de Obi-Wan Kenobi y a la jovencísima reina Padme Amidala.
Vale que haya mostrado en su gestación la traición secreta que más adelante desencadenará la caída de la República democrática y el advenimiento del tiránico Imperio.
Vale que la orden de los caballeros Jedi aparezca en su plenitud, cuando todavía su gran valor como organización defensora de la paz era tan apreciado en la República.
Vale que todo el apartado técnico sea sobresaliente. Destaco, por supuesto, la banda sonora de John Williams.
Vale que los actores cubran las expectativas de lo que se espera de ellos.
Pero lo que no vale es que, con todo el material provechoso que tenía por delante, Lucas me haya decepcionado creando este episodio excesivamente infantiloide y a ratos pesado.
No vale que el cambio de tono con respecto a las películas anteriores sea tan notorio, y que aquí haya pasado de la espectacularidad y grandiosidad anteriores a un mero despliegue de escenas que parecen una mezcla mediocre y algo aburrida entre "Autos locos" y "La sirenita". Ya sé que habían pasado 16 años desde "El retorno del Jedi", pero eso no justifica el bajón que Lucas ha pegado con esta película. ¿Para qué quiere tanta tecnología punta y los más brillantes efectos especiales, si los desperdicia en unas escenas casi carentes de emoción?
El papel del niño Anakin está muy bien, aunque me aburren sobremanera las interminables escenas de las carreritas de coches, y la criatura marina que sale, Jar-Jar o como se llame, no puede ser menos creíble, no da el pego y resulta un poco ridícula en una película que obviamente ha perdido la seriedad y la solidez que tenían las anteriores. Después de que saliera el Jar-Jar ese, todo perdía credibilidad, no sé muy bien por qué, y mi atención decayó.
Pese a todo, no deja de ser una parte clave en la saga y destaca en muchos aspectos, aunque, a mi parecer, no en los esenciales: enganchar a los espectadores que crecimos con los episodios IV, V y VI.