Y sigue la batalla entre la Muerte y los adolescentes que logran esquivarla por una casualidad del destino.

La historia es lo mismo de siempre pero con pequeñas variantes. Esta vez se trata de un grupo de adolescentes que presencian una carrera de autos. Los mismos sortean el morir de una manera horrenda gracias a que uno de los jóvenes posee una visión precognitiva que le avisa lo que va a suceder.
De esta forma, la Parca “hará una lista” para ajustar cuentas con quienes tuvieron la suerte de escapar de la catástrofe. Así se irán sucediendo una retahíla de muertes de lo más aberrantes.

Si ya la tercera era prescindible, esta cuarta con más razón. Lo único nuevo es lo del 3D, pero por lo demás estamos en presencia de un filme tópico hasta el hartazgo donde las fórmulas se repiten una y otra vez.

Personajes tontones, muertes de lo más rebuscadas e ilógicas (no por ello no son estimulantes desde lo meramente visual), efectos especiales bien logrados que vendrían a ser lo mejorcito del filme, el factor sorpresa ya no existe, humor negro a raudales, un guión tremendamente inverosímil al servicio de las exageraciones más truculentas, y un elenco prácticamente ignoto con dotes artísticos justos para este tipo de producto light.

En fin, lo mismo de siempre, con esta premisa podrían seguir sacando miles de secuelas más porque la imaginación de los guionistas no se agota. El problema es que ya no hay factor sorpresa, ya se hace demasiado previsible el visionar este tipo de ofertas donde lo único que cambia es la manera en que los escritores se la rebuscan para pergeñar las muertes.

Palabras claves: destino, precognición, Muerte como villano, 3D, adolescentes, gore, humor negro.