Una verdadera lección de cómo hacer cine de terror sin grandes efectos especiales ni exacerbada violencia. Hoy parecería que el género debiera tener escenas llenas de sangre, truculencia y golpes de orquesta sorpresivos. Pues este clásico de Peter Medak nos demuestra cuán efectiva puede resultar una cinta de terror-suspense sin tanta parafernalia, donde se apunta más al sugerir que al mostrar. Tengamos en cuenta que esta cinta es puro ingenio, excelente manejo de cámaras, sonido inquietante y sugerente ambientación con escenarios apenas modestos pero extremadamente sugestivos.
Casa embrujada, fantasma vengativo, secretos oscuros del pasado son sus ingredientes y pareciera que sería una cinta más, pues ello lo hemos visto hasta el hartazgo en el cine moderno (sobre todo en el oriental). Pero el húngaro Peter Medak nos regala una película magnífica con elementos hoy día trillados, pero el hecho de no mostrar y temer a lo que en realidad no se muestra resulta refrescante y la cinta es increíblemente absorbente que te mantiene tenso gracias a situaciones donde el factor psicológico cobra vital importancia.
En fin, una cinta absolutamente recomendable de la cual muchas de las modernas obras cinematográficas han tomado prestada ideas...entonces sin dudas que estamos frente a una película que alecciona sobre cómo crear terror y escalofríos sin golpes bajos ni situaciones de explícita violencia.