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Voto de travis braddock:
7
Comedia. Drama. Romance Mucho tiempo después de su curso de Erasmus en España, Xavier está casado y tiene dos hijos, pero aun así sigue encontrando la vida muy complicada. Cuando su mujer se traslada a Nueva York por razones de trabajo, incapaz de soportar la situación, decide seguirla con los niños. Tercera entrega de la saga que comenzó con "L'auberge spagnole" y "Las muñecas rusas". (FILMAFFINITY)
22 de mayo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El galo Cedric Klapisch dirige por tercera vez las aventuras de Xavier y los jóvenes que fueron presentados viviendo la peripecia Erasmus en Barcelona en “Una casa de locos”, aunque en ésta ocasión con un poso un poco más amargo y dejando por el camino a la mayoría de aquellos. De hecho, en esta tercera entrega solo tenemos a Xavier, Wendy, la inglesa con la que Xavier tiene a sus dos hijos, Isabelle, la belga lesbiana y Martine, su novia de antes de irse de Erasmus. Xavier ya no es un jovencito, ahora tiene dos hijos y una edad en la que tomar determinadas responsabilidades, aunque su desconcierto vital sigue ahí, sin cambiar con la edad. Ahora es escritor y ha escrito dos libros (llamados como las anteriores películas), en los que habla de sus experiencias juveniles.

Cuando Wendy le deja para irse a Nueva York con los niños, él decide hacer lo mismo y empezar una nueva vida en la Gran Manzana con lo puesto, trabajando de lo que sea para pagarse un piso en Chinatown y arreglando una boda con una chica china para conseguir el permiso de residencia. Será en Nueva York donde coincida con Isabelle, que una vez más será su confidente para temas amorosos y de paso le pedirá el “pequeño favor” de que les done su esperma a ella y su pareja para que puedan ser madres. Y también en Nueva York se encontrará a Martine, a la que no ve desde hace años y que también es madre. Además de estos encuentros con antiguas compañeras de fatigas, Xavier tiene otros con su padre y ensoñaciones con filósofos decimonónicos como Schopenhauer o Hegel, que le dicen cual puede ser el destino de su vida, aún por descubrir pese a que se encuentra en una edad donde ya debería tenerlo claro. O al menos eso se dice, porque lo único claro son los fracasos y los sueños perdidos.

La película es posiblemente la más conseguida de las tres que se han hecho con estos personajes, después de una interesante primera parte lastrada por el buenismo, una olvidable segunda parte de la que ahora solo recuerdo la curiosa (y gratuita) carrera de Romain Duris e Irene Montalá, desnudos por las calles de París. Las aventuras de esta tercera película son a su vez un nuevo libro de Xavier, que le va presentando a su editor, el cual va calificando los pasajes en un juego de metalenguaje en el que el personaje del editor es el propio espectador. De hecho, como dice el propio editor, el final de la película es atroz y se carga buena parte del encanto tragicómico que había tenido la película hasta ese momento, aunque por otra parte quizá sea coherente con lo que ha sido la historia de los tres filmes hasta ese instante. Y es que parece ser que lo que Xavier necesita es una combinación de esas tres mujeres que siguen presentes en su vida pasados los años. Una película bien dirigida e interpretada, que merece verse en VO (como sucedía con “Una casa de locos”, lastrada por un doblaje infame) por los ocasionales equívocos lingüísticos entre franceses, estadounidenses y chinos y que gustará especialmente a los que ya hayan seguido las aventuras de sus protagonistas
travis braddock
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