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Voto de pablo garcia del pino:
10
Comedia Rodolfo y Petrita llevan doce años de relaciones. Para casarse necesitan un piso y no hay forma de encontrarlo. Rodolfo vive realquilado en casa de doña Martina, una anciana que está a punto de morir, cosa que el casero está esperando para poder desalojar la vivienda y derribar el edificio. Algunos amigos aconsejan a Rodolfo una solución heroica: casarse con doña Martina y esperar lo poco que le queda de vida para heredar el alquiler. ... [+]
19 de noviembre de 2007
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pareja arrastra años de noviazgo por no poderse casar a falta de habitación de realquilados, o, por supuesto, de piso. Se desesperan, en especial la novia. Son los tiempos negros y truculentos de la dictadura franquista. Pero los problemas de la vivienda son tan viejos como el mundo. Claro que aquel Madrid, no es el de hoy. No era por la especulación reinante en nuestro siglo XXI, sino porque construcciones, haberlas no las había, aunque por aquellos tristes descampados polvorientos asomasen ya los esqueletos balbuceantes de las primeras colmenas humanas. Es un Madrid feo y triste, de adoquinados sucios y paredes descascarilladas por los que aparecían los recuerdos de los bombardeos y de la metralla. El gran Marco Ferreri, antes de ser puesto de patitas en la calle por el gobierno franquista (y reexpedido a su Italia natal) nos dejó esta visión degradante de la dictadura. Franco y toda su caterva ministerial y clerical nunca se lo perdonó, ni a él ni a Rafael Azcona. ¡Pues, peor para el "Generalísimo" y toda la élite gubernamental de energúmenos fascistas que le cantaban el credo de su mediocre grandeza, y mejor para todos los avispados cinéfilos que, subrepticiamente, coleaban por ahí!, porque "El Pisito" ¡aún hoy! es un fuera de serie, un suculento regodeo cinematográfico, tan irrepetible como una Pirámide Egipcia. López Vázquez y Mari Carrillo nos dejaron un recital interpretativo como para relamerse durante siglos, y los secundarios son ¡que ni te cuento! "El pisito" sigue siendo un testimonio de época que adopta su neorrealismo a la española con matrícula de honor. Es una visión de la historia Ibérica que, por fortuna, no se nos ponía folklórica, en la que no se contaba la misma historia absurda de siempre, ¡y que no disimulaba nada!. Apta tan sólo para que aquella censura franquista, presidida por tanto retrasado mental, la eliminase de nuestras pantallas así, ¡de sopetón!, pretendiendo como siempre dejarnos a oscuras. ¡Se jorobaron porque mucha gente la vio (sobre todo en Italia), la saboreó, y la conservó como oro en paño para degustación de los futuros cinéfilos de pro! ¡Toma ya!... ¡y para curiosos impenitentes como yo! ¡Hurra por Ferreri y Azcona!.
pablo garcia del pino
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