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Bélgica Bélgica · bruselas
Voto de pablo:
8
Drama. Romance Cuando el escritor Mateo Blanco (Lluís Homar) viajaba con Lena (Penélope Cruz), la mujer de su vida, sufrió un accidente de coche que lo dejó ciego. Harry Caine es el pseudónimo con el que firma sus trabajos literarios. Como director de cine usa, en cambio, su nombre real. Harry Caine vive de los guiones que escribe gracias a la ayuda de Judit García (Portillo), su antigua y fiel directora de producción, y de Diego (Tamar Novas), el ... [+]
18 de marzo de 2009
47 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los abrazos rotos es sin duda alguna una película de ruptura. El estilo Almodóvar despojado de muchos de sus aciertos habituales convirtiéndose en una película de autor de estilo claramente europeo.
No hay drama desgarrado y menos aún comedia gamberra (obviemos por genial el momento Machi), no hay por lo tanto momentos álgidos de imborrable recuerdo (esos momentos cultivados en Todo sobre mi madre y en Hable con ella). Y me temo que ello no es fortuito.
¿Puede un director consagrado romper una fórmula consagrada y arriesgar en fondo y forma? Los muy detractores dirán que en su idiosincrasia particular, Almodóvar emocionaba con naturalidad y clase. Sin embargo, a los que nos apasiona su cine, no parece más acertado pensar que con su nueva apuesta, el manchego ha querido hacer un giro inesperado dentro de los parámetros constantes de su cine, ganando en el empeño en pureza y sobre todo en consistencia narrativa.
Los abrazos rotos respira del cine de Fassbinder (me ha venido a la cabeza Prenez garde á la Sainte Putain y su historia dentro de la historia, algo claramente palpable en los momentos del rodaje, por cierto, soberbiamente resueltos). También en el gusto por el detalle (esa búsqueda incansable de lo estético e insólito), Almodóvar recuerda a Von Trier, y hasta al más reciente Julio Medem (¿pudo ser su Penélope en algún momento un trasunto de la Paz Vega de Lucía y el sexo?). Esta vuelta de tuerca arriesgada consigue lo impensable: un Almodóvar diferente, compacto y bien hilvanado que estoy seguro mejorará con futuros visionados.
Y digo que mejorará porque, es de justicia decirlo, el guión no es tan consistente como los últimos que había escrito. Así, no se entiende como el personaje de Mateo/Harry no tenga un mayor peso dramático. Y tampoco se comprende muy bien como en algunos momentos, la supuesta intensidade de la historia no acabe de cuajar como debiera.

Es en esos momentos, cuando, sin embargo, resurge la magia del director tras la cámara y consigue un retrato de mujeres (que no de hombres, helas!) tremendo: Penélope firma de lejos una de sus mejores interpretaciones, levanta un personaje inverosímil en momentos con un talento natural fuera de toda duda. Y ojo a la Portillo, porque saca a flote con mucho oficio un personaje difícil por cuya boca salen algunas de las frases cumbres de la película.

En fin, Los abrazos rotos tendrá su legión de detractores y dejará a la crítica bastante desconcertada. Yo sigo pensando que es una obra madura y una apuesta original y diferente dentro del universo del manchego. Ganará con los años como el buen vino. Y sino, tiempo al tiempo.
pablo
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