Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Gunnar Hansen:
4
Terror. Thriller. Intriga Rebecca abandona a su ex-colega John, piensa que las cwebcams les ayudarán a mantenerse en contacto. Lo hacen, pero también la lleva a un oscuro secreto cuando se encuentran con Madeline Vera, un espíritu en línea, que advierte de "rituales" que se llevan a cabo en la casa a la que se mudó. (FILMAFFINITY)
18 de septiembre de 2014
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siendo la primera persona en puntuar esta película, cierta sensación de responsabilidad me embarga. Entiéndanme. Si otras personas, potenciales espectadores, se basaran para serlo en la puntuación que yo otorgue a esta obra (con el siempre existente riesgo de defraudarles con mi valoración y los subsiguientes descalificativos para mi persona) prefería anejar una crítica donde tener la oportunidad de matizar y aclarar la puntuación ofrecida, así como mi postura al respecto.

Y es que The Collingswood Story cuenta con algunos puntos favorables que la hacen merecedora de cierto respeto; lamentablemente, tantos como aspectos desfavorables que la desacreditan. Por lo mismo, estoy seguro, gustará a algunos y decepcionará a otros tantos (o seguramente, a más). Y teniendo esto en cuenta, es difícil emitir una valoración que satisfaga tanto a unos como a otros. Así que, dejando de lado tan fútil intento, escribiré unas breves líneas sobre lo que su visionado me ha transmitido, intentando, eso sí, contextualizar mi opinión.

Y es que la película se comenzó a producir en el año 2000, allá cuando eso de Skype era un proyecto en pañales (si no me equivoco, hasta el 2003 no ve la luz) y The Blair Witch Project (1999), algo muy reciente. Por ello y aunque vista ahora (cuando yo lo he hecho, saturados como estamos de mockumentaries, metrajes encontrados y técnicas de rodaje ajenas a las tomas de cámara tradicionales, desde “fuera de la historia”), hay que reconocerle el mérito de ser si no la primera, sí de las primeras en continuar la estela de la Bruja de Blair (no sé cuánto de copia hubo), anticipándose al filón por venir en torno a este tipo de formato fílmico. Si aunado a este hecho contextual, le sumamos el bajo presupuesto con que la película se lleva a cabo, estamos ante otro factor que alabar y reconocer mérito para sus ideadores. De hecho, todo ello les valió algunos premios y reconocimientos en festivales y reseñas varias. Si añadimos que no se abusó del metraje (quedando la película en hora y veinte minutos, créditos finales incluidos), empezamos bien. Hasta aquí el contexto histórico y económico. Pasemos al contenido (sin spoilers de los chungos).

La película nos introduce en la relación a distancia de una pareja universitaria (uno en Virginia y la otra en Collingswood, New Jersey). Como el lector ya se puede imaginar, esta relación se lleva a cabo por telecomunicación (un protoskype aún por desarrollar). Así que todo lo que vemos es a través de las diferentes cámaras de los ordenadores de los implicados. Este hecho, seguro estoy, disuadirá ya a muchos de los posibles espectadores, cargados como estamos de “experimentos” visuales de este tipo. Pero bueno, para los que continúen el visionado (que, como yo, los habrá), ahí va lo que resta: aparentemente, todo va bien. Es el cumpleaños de la chavalita y el novio, guasón de él, se dedica a hacerle algunas “bromas” por videollamada. Una de ellas consiste en ponerla en contacto con una extraña e inquietante vidente online, una extravagancia de la red que cree les hará pasar un rato divertido a ambos. Craso error, amigos. La médium internauta les intrigará con un culto oscuro y secreto que, proveniente de Francia , se desarrolló en Collingswood durante el siglo XIX, asunto el cual empieza a inquietar al distante noviete. La narrativa de la médium sobre asesinatos rituales y la subsiguiente investigación por internet del joven, le convencen de la veracidad de los macabros sucesos, así como de la reiteración de ellos en intervalos a lo largo del tiempo y en la misma casa donde su novia reside. Esta última, reacia a creer en semejante personaje virtual (que no sin motivos, considera un fraude), no acaba de tragarse las advertencias de su cada vez más preocupado novio. Pero aún así y cámara web en mano, comenzará a investigar el pueblo en busca de la residencia del líder de la secta (desaparecido más de un siglo atrás), así como la casa donde se encuentra. En fin, os podéis imaginar el resto del meollo que aquí malamente he sintetizado.

El caso es que, aunque la película ganó algunos premios y recibió otras tantas buenas críticas por su originalidad y demás, en mi opinión no termina de aportar nada mucho más allá. Cuando concluye, uno se queda con la sensación de “algo ha faltado” o “pudo ser más”. Vale la ausencia de presupuesto como pretexto. Pero reconocidos sus méritos (cuestionables, por supuesto), también hay que reconocer sus carencias. Y ese precipitado final sorpresa, en su intento de impactar, nos deja con la sensación de que en la hora y poco en que se desarrolla el guion no ha pasado nada… o, mejor dicho y peor todavía, que se han apuntado cosas un poco interesantes que se han prescindido de desarrollar (por no saber cómo hacerlo o por falta de medios económicos, realmente me da igual: te quedas casi como estabas).

Por ello, en definitiva y reconociendo por delante mi benignidad para con este tipo de producciones, me veo forzado a ponerle un 4,5. No llega a aprobar, pero casi, casi... Así que, como curiosidad por lo anticipativo y premonitorio que tiene y si eres tolerante con estas formas narrativas “alternativas” (found footage, mockumentaries y demás), dale una oportunidad para engrosar la colección de rarezas que, sin necesariamente ser buenas, componen tu acervo fílmico. Nunca está de más y, seamos sinceros, algunas horas muertas que no nos importa perder siempre tenemos. ¿No?
Gunnar Hansen
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow