Interesa que sea una novela de la afamada Agatha Christie que no se haya llevado antes a la gran pantalla. La forma de recrear la mansión impone, parece que vamos a disfrutar de un bonito ejercicio de género. No obstante, vamos saliendo de "La casa torcida" con gesto resignado, pensando que necesitaría de muchas remodelaciones para plantearnos comprarla.

Con la notable excepción de una Glenn Close capaz de darle verosimilitud a lo que no la tiene, el reparto anda un poco desangelado, tan desorientado como los giros de la trama, incompletos flashbacks en El Cairo incluidos. No es fácil creerse a Max Irons como detective de época, tampoco a esa familia repleta de secretos entre sí.

Hay verdaderos desperdicios como malgastar a Christina Hendricks, la cual nos deslumbró en Mad Men pero aquí queda completamente relegada con un papel (otro más en estos "Diez negritos" sin revisión de texto) que no resulta creíble.

Close y su magisterio en pantalla nos arrastran para mantener el interés en la acción, lástima que se vea tan solo. No hallamos ningún gancho que nos haga querer desvelar estos misterios.