"La amenaza fantasma", pese a algún acierto de mérito, había supuesto una decepción para algunos seguidores de Star Wars. Sin embargo, todas las tonterías de Jar Jar Binks parecen perdonables tras las incertidumbres que arroja "El ataque de los clones". En teoría, este segundo episodio debía explicar el arranque de la verdadera guerra que propiciaría el germen del Imperio y la consolidación del amor entre Anakyn y Padmé.

Lo primero resulta defectuoso, más allá de algún momento aislado de las investigaciones de Obi Wan Kenobi por su cuenta (un siempre correcto Ewan McGregor). Atendiendo a la segunda materia, el pasteleo romanticón no puede ser salvado ni por Natalie Portman ni Hayden Christensen, en una especie de pre-drama adolescente con el que cuesta empatizar.

El resto del reparto (particularmente Samuel L. Jackson y Christopher Lee) queda bastante desperdiciado en una historia descompensada y que no deja precisamente con ganas de más, sino todo lo contrario. En "El ataque de los clones" todo va desesperadamente lento.

Lucas y su equipo retomaron el vuelo en el episodio III para dar un digno broche a las precuelas, si bien, en la II entrega el daño ya había sido hecho.

Solamente apta para fans incondicionales de Star Wars.