Probablemente sería el personaje aquí interpretado por un genial Gabriel Byrne, preciso como un reloj suizo en esta gran obra, una de las mejores entre la excelente lista de los hermanos Coen. Aunque siempre me ha parecido exagerado considerarla la mejor película del género después de la saga "El Padrino" (¿dónde dejamos, entre otras, a "Uno de los nuestros"?), no cabe duda que los amantes de guerras de mafias, chicas del jefe y humor negro, deben abrocharse el cinturón y disfrutar.

Acompañando en este cuento cruel (ese bosque de sangrías ya descrito por otro par de hermanos, curiosamente), hay verdaderos fenómenos de la actuación como Albert Finney, un artista con una metralleta en la mano, una sensual Marcia Gay Harden, el gran John Turturro, un peculiar pero hilarante Jon Polito, un tremendo Mike Starr y, cómo no, Steve Buscemi, es una de los Coen.

El resto de secundarios, aunque menos conocidos, también están muy bien, aunque en el escaso déficit de esta película, destacar el papel de incompetentes de la policía, nunca tenemos la sensación de que sean dignos antagonistas, casi dignos de ponerse a las órdenes del jefe Wiggum.

Rocambolesca pero coherente, tramposa y con encanto, "Muerte entre las flores" es una cita con el buen cine.