Poca gente sabe que tras esta película, el propio Joel Schumacher habló con la directiva de su productora y prometió que si hacía otra cinta, estaría más orientada al lado más oscuro del mito del cómic, especialmente "Año 1". Aunque no se le renovó, la idea fue recogida, terminando por dar como resultado, "Batman begins".

Es decir, "Batman y Robin" fue el momento de tocar fondo de una franquicia, la necesaria colleja que hacía espabilar al alumno. Lo cierto es que esta adaptación a la gran pantalla del Murciélago, arrastra todos los defectos que podrían imaginarse. A pesar de que la elección del actor es buena, George Clooney, su risueño y desenfadado Bruce Wayne está en las Antípodas de lo que significa el atormentado personaje de Gotham.

Para colmo de males, aunque esta cinta no tiene las virtudes de las dos primeras de Burton, si comparte un defecto nada desdeñable, convertir al comisario Gordon en un policía marginal y que nunca inter-actúa con el héroe. Eso sí, tenemos a un Robin muy macarrilla para el público juvenil y una Alicia Silverstone que está un poco repipona como versión femenina del solitario justiciero que nunca ha sido tan sociable.

Al igual que pasa con Clooney y Wayne, coger a Uma Thurman como la ambigua Hidra Venenosa, pudo ser una jugada maestra... que se queda en otro disfraz y poco más. Sobre Schwarzenegger, decir que su mecánico villano no tiene nada de la melancolía original del Míster Frío de los cómics.

Miremos el lado bueno, fue el clinic de lo que no tenía que hacer la franquicia para renacer.