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España España · Barcelona
Voto de Glasshead:
8
Thriller Las hormonas pueden ser muy traicioneras. Y si no, que se lo digan a los adolescentes que, atraídos por un anuncio que promete sexo en grupo con una mujer, caen en la trampa de un grupo de fanáticos religiosos dispuestos a erradicar con métodos extremos la libido de la juventud norteamericana. Historia inspirada en la figura real de Fred Phelps, el líder de un grupo religioso extremista que se hacía llamar la Iglesia Bautista Westboro. (FILMAFFINITY) [+]
13 de octubre de 2011
27 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kevin Smith siempre me ha parecido un director con buenas ideas, pero muy inconstante y, sobre todo, con una fuerte tendencia a no saber separar los aciertos de las decisiones desastrosas. Creo que tiene al menos un par de pelis bastante redondas, como Clerks y Mallrats, y otras sin pies ni cabeza (Dogma, Persiguiendo a Amy, Clerks 2). Por eso me acerqué con curiosidad a esta película tras la cual, según él, abandona la dirección.

Red State es una marcha atrás del cine en toda regla, está llena de grandes momentos que, súbitamente, quedan interrumpidos para dar lugar a un cambio de escenario desconcertante, sin que nada llegue a cuajar del todo y dejándonos a todos con la insatisfacción que siempre supone tener que eyacular fuera. Supongo que ésta era la idea del director, pero acaba irritando demasiado. La película pasa de thriller de adolescentes, a terror de sectas, a algo parecido a Hostel, después a una peli de asedios policiales, otra de fugitivos... nada se desarrolla por completo y siempre cambia de orientación cuando le estamos pillando el gusto a una de las partes. Y esto al final pasa mucha factura.

Sin embargo, como recopilación de muy buenos apuntes sí que funciona, especialmente porque todo está sazonado con unas muy buenas interpretaciones: los tres adolescentes están geniales, al igual que el líder de la secta y la fanática madura, con mención destacada al papel de John Goodman como policía duro pero con reparos. Al final, la película es como un coitus interruptus: deja una buena sonrisa pero también un poso de frustración.
Glasshead
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