Esta película me hizo reflexionar mucho sobre la política en general, me imagino un país en el que los mejores hospitales sean públicos, las mejores escuelas sean públicas, imagino un país en el que todos tengamos las mismas oportunidades, un país con total libertad de expresión, un país donde se respete a las personas mayores y a los niños, un país donde la educación y el respeto sea la base de todo, ya que este país no existe pues me lo imagino, pienso que nunca llegaremos al término medio, porque no le conviene ni a las grandes empresas ni a los "dinosaurios" dictadores instalados. Esta reflexión la hago desde el punto de vista de Alemania, separada por un muro con dos mundos totalmente diferentes, dos mundos, ambos con cosas buenas y cosas no tan buenas, pienso que en la mezcla de estos dos mundos, reuniendo lo mejor de las dos "alemanias", ahí está el término medio, ahí está la sociedad ideal, pero muy a mi pesar la realidad fue otra, el muro cayó y la RDA quedó como "el demonio", mientras la RFA era "Dios", se volvieron a equivocar, no se quedaron con lo bueno de ambas "alemanias", borraron a una del mapa.
El tema de Alemania se puede trasladar a todos los demás países, en los cuales el término medio no existe ni existirá nunca.
Yo siempre me quedaré en el muro de Berlín, observando a izquierda y a derecha y reuniendo lo mejor de ambas y despreciando lo peor, seguiré en mi país de fantasía.
Por cierto esta película me inspiró todas estas ideas, pero que conste que el tema que trata es otro, una historia por cierto muy original y altamente recomendable, no se la pierdan, good bye Lenin!, yo seguiré mirando desde arriba del muro...