Siendo totalmente honesto, llega un punto en el que reseñar cierto tipo de películas se vuelve brutalmente repetitivo, y con esto no me refiero a que sean malos filmes, sin embargo tampoco considero que sea sano ese exceso de lo mismo, lo mismo y lo mismo.

The Escort es la clase de películas que recurren al tema del sexo como anzuelo para llevar al público a sentarse frente a la pantalla para luego darle una comedia ñoña y dulzona, carente de toda fibra. Véase la jodida Sex Tape. Al igual que tantas y tantas películas de falsa careta, esta comedia no es más que cliché interminable que utiliza un argumento medianamente interesante y luego lo destroza para fin de darle al público masivo la experiencia feel-good. Repito, sin una sola pizca de trascendencia.

Es muy evidente desde el comienzo del filme la influencia fílmica y televisiva del guionista, quien hace referencias constantes a las producciones de HBO, los Oscars, Pixar, Shrek.. etc, lo cual termina por ser divertido pero en determinado momento se vuelve excesivo (como las películas de Woody Allen hablando de Wagner, Dostoievski o Ingmar Bergman).

Quizás el principal problema de esta película es la total falta de verosimilitud en la trama principal y las situaciones subsecuentes. Por una parte tenemos a una mujer brillante, divertida y muy guapa que termina prostituyéndose por un tema de bullying. Una película tan superficial pretendiendo ser profunda… por favor. Por otro lado tenemos a un joven de familia adinerada que quiere ganarse la vida por cuenta propia que recurre a una app para tener sexo casual, cuya familia tiene que hacerle una “intervención” por su problema de “adicción al sexo”. Cito la siguiente broma del episodio 9 de la segunda temporada de Louie:

-Tiger Woods dice que es adicto al sexo. Son $#@%!"&. Las chicas que se tiraba estaban buenas. Si estuviera tirándose a un pollo muerto entonces diría “wow, este tipo es adicto al sexo”.

Concluyo diciendo que The Escort es una película que pudo ser bastante mejor de no abordar tan burdamente las situaciones y temas que toca. La trama no es descabellada, pero los personajes y su modo de comportarse son una total caricatura. No existe la menor noción de los limites entre la comedia y la payasada (también aplica para el falso drama). Aunque esta no es una película que precisamente tenga que evitarse, tampoco es la clase de cintas que deban estar en su lista de espera. No la compre, ni la rente. Si alguna vez va al dentista y la están pasando en la sala de espera le invito a dejar la revista y verla. No más.

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