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Fantástico. Aventuras. Acción
"El Hobbit: La Desolación de Smaug" continua la aventura de Bilbo Bolsón en su viaje con el mago Gandalf y trece enanos liderados por Thorin Escudo de Roble en una búsqueda épica para reclamar el reino enano de Erebor. En su camino toparán con multitud de peligros y harán frente al temible dragón Smaug. (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2013
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La he visto este fin de semana en hora golfa y me ha parecido un auténtico bodrio como adaptación. Si estuviésemos viendo una peli de dragones y mazmorras, o de fantasía libre y clásica al margen de una novela, pues estaría chula y puede que lo hubiese colgado un 7. Pero el Istari traidor que es Peter Jackson se ha dejado llevar por su ego desmedido y un alarmante exceso de autosuficiencia y a pergeñado una versión de auténtico borrachuzo.
La narración es una sucesión de persecuciones desbocadas, a cada cual más absurda en su desarrollo acrobático, y por el medio, como para decir «sí damas y caballeros, es el Hobbit aunque no se lo crean», pues coloca los lugares emblemáticos de la novela, eso sí, visualmente impecables en lo que es el único acierto notable de la película.
Aclarar que me gustó la primera. Tuvo sus fallos, y algunos inquietantes deslices en ritmo y argumento e interpretaciones de personajes que me preocuparon, pero que no hicieron naufragar una peli entretenida pero todavía respetuosa con la novela. En ésta segunda parte, pues el respeto se va por el retrete de manera descarada, o acaso es que realmente Jackson no tiene talento para aglutinar los acontecimientos de una historia de este tipo en versión filmada.
Añado un apartado con spoilers.
En definitiva yo reniego de esta adaptación, y eso considerando que visto la puntuación recibida poca gente estará de acuerdo conmigo, algo que respeto. Pero estoy convencido de que habrá bastantes lectores a los que les haya fascinado la novela, como a mí, y se sientan dolido por esta lamentable e irrespetuosa adaptación de una historia que apenas necesitaba de aditivos para resultar igualmente fascinante en la pantalla grande.
En definitiva, para mí la mayor decepción de este año.
La narración es una sucesión de persecuciones desbocadas, a cada cual más absurda en su desarrollo acrobático, y por el medio, como para decir «sí damas y caballeros, es el Hobbit aunque no se lo crean», pues coloca los lugares emblemáticos de la novela, eso sí, visualmente impecables en lo que es el único acierto notable de la película.
Aclarar que me gustó la primera. Tuvo sus fallos, y algunos inquietantes deslices en ritmo y argumento e interpretaciones de personajes que me preocuparon, pero que no hicieron naufragar una peli entretenida pero todavía respetuosa con la novela. En ésta segunda parte, pues el respeto se va por el retrete de manera descarada, o acaso es que realmente Jackson no tiene talento para aglutinar los acontecimientos de una historia de este tipo en versión filmada.
Añado un apartado con spoilers.
En definitiva yo reniego de esta adaptación, y eso considerando que visto la puntuación recibida poca gente estará de acuerdo conmigo, algo que respeto. Pero estoy convencido de que habrá bastantes lectores a los que les haya fascinado la novela, como a mí, y se sientan dolido por esta lamentable e irrespetuosa adaptación de una historia que apenas necesitaba de aditivos para resultar igualmente fascinante en la pantalla grande.
En definitiva, para mí la mayor decepción de este año.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La historia fluye totalmente ajena al espíritu de la novela. Beorn, el Bosque Negro y sus habitantes, la Ciudad del Lago...¡la horrorosa y absurda escena final! Ni rastro de sensibilidad con respecto a los personajes, esos entrañables enanos desdibujados, convertidos en graciosetes que hacen cabriolas, por no hablar de los elfos...no tendría nada en contra de la aparición de Legolas y Tauriel si añadiesen algo positivo a la narración, pero simplemente se usan de super héroes que matan apestosos orcos malotes. Para colmo, surgen temas ridículos con respecto a la sensibilidad femenina de la elfa y el enano guapito que le mola a las chicas, que me hace pensar que Jackson nos está tomando de cachondeo. ¿Un conato de enamoramiento, o ya ni conato sino que va a saco en enanillo con la elfa? ¿Pero este hombre ha leído a Tolkien realmente?
Pero bueno, previo a la lluvia de flechitas por aquí y por allá, saltos y acrobacias imposibles, aparece el pobre Beorn, un personaje secundario pero de peso, apenas esbozado y sin personalidad, saltándose a la torera la magnífica entrada de los enanos en su hogar. Lo mejor de esta parte, la terrible situación de tensión terrorífica bajo el manto de hojas del Bosque Negro, con las arañas acechando, conversando y odiando al pequeño saqueador invisible con aguijón, se queda en una simple escaramuza convencional. La persecución en barriles parece de Marvel Superheroes y la invasión de comandos orcos den la Ciudad del Lago es una soberana tontería, la excusa perfecta para más flechitas y peleas de super héroes.
Pero sobre todo, lo peor es la parte de Smaug. El dragón al principio promete, pero luego...se convierte en lagartija desmesurada. Más persecuciones, nada de complicidad pues la confrontación saqueador-dragón pierde protagonismo para dejar paso a una serie de locuras de enanos corriendo por los vastos salones, esquivando en plan «Piratas del Caribe» los fogonazos del pobre Smaug, para al final recurrir a ideas absurdas para derrotarlo. Smaug deja de ser la casi omnipotente criatura de la Era Antigua, para convertirse en un matón de grandes dimensiones al que burlan unos recién llegados que ahora sí tienen valor de hacerle frente.
Pero bueno, previo a la lluvia de flechitas por aquí y por allá, saltos y acrobacias imposibles, aparece el pobre Beorn, un personaje secundario pero de peso, apenas esbozado y sin personalidad, saltándose a la torera la magnífica entrada de los enanos en su hogar. Lo mejor de esta parte, la terrible situación de tensión terrorífica bajo el manto de hojas del Bosque Negro, con las arañas acechando, conversando y odiando al pequeño saqueador invisible con aguijón, se queda en una simple escaramuza convencional. La persecución en barriles parece de Marvel Superheroes y la invasión de comandos orcos den la Ciudad del Lago es una soberana tontería, la excusa perfecta para más flechitas y peleas de super héroes.
Pero sobre todo, lo peor es la parte de Smaug. El dragón al principio promete, pero luego...se convierte en lagartija desmesurada. Más persecuciones, nada de complicidad pues la confrontación saqueador-dragón pierde protagonismo para dejar paso a una serie de locuras de enanos corriendo por los vastos salones, esquivando en plan «Piratas del Caribe» los fogonazos del pobre Smaug, para al final recurrir a ideas absurdas para derrotarlo. Smaug deja de ser la casi omnipotente criatura de la Era Antigua, para convertirse en un matón de grandes dimensiones al que burlan unos recién llegados que ahora sí tienen valor de hacerle frente.