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Voto de Jose_Lopez_5:
3
5,4
5.198
Bélico
Año 2001. Poco después de los atentados del 11-S, un equipo de soldados de élite de las Fuerzas Especiales une sus fuerzas con la Alianza del Norte de Afganistán para derrotar a los talibanes, gobernantes del país. Tras conseguir introducirse en secreto en territorio afgano, este grupo de hombres, encabezado por Mitch Nelson (Chris Hemsworth), será el encargado de poner en práctica una peligrosa misión. En las escarpadas montañas ... [+]
12 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sucedáneo de "Rambo III" en versión coral. Esa es la impresión que me dejó esta película. Historia similar, con cambios aquí y allá, pero mismo esquema reduccionista.
En la cinta del 88, Stallone se dejaba caer por Afganistán, que está muy bonita en esa época del año, para rescatar a Trautman, al que unos soviéticos querían hacer el teto (véase spoiler 1). ¿Y qué hacía un militar estadounidense por aquellas tierras de Dios para que lo atrapasen? Pues lo que hacen todas las potencias: apoyar al enemigo de su enemigo que, de repente, resulta ser su "best friend forever", aunque en realidad sea tan cabrón como el otro al que quieren joder. No importa, siempre habrá tiempo para darle la vuelta a la tortilla y arrojar bombas inteligentes allí donde antes se regalaban Stingers.
La cuestión es que Johnny se plantaba allí y montaba un pifostio de narices, mientras nos intentaba convencer de que los malos estaban a un lado y los buenos a otro. Y él, claro, siempre va con la caballería. Que para hacer el indio ya estaban los comunistas. Además, y aunque Johnny no añadía aquella guerra a su currículo, nos dejó patente que allí vivían unos tipos majísimos a los que todos debiéramos invitar a cenar un día de estos. Su historia terminaba con el caballero cogiendo las de Villadiego, pero no sin antes hacer un montón de coleguis afganos y dejar claro que él, al contrario que otros, "molaba tope mazo" y los tenía cuadrados.
La historia de "12 valientes", dicen, está basada en hechos reales. Reales y secretos. Bueno, secretos hasta que el periodista Doug Stanton los publicó en un libro para mayor gloria de su contabilidad personal, por supuesto. Que el libro no era gratis, vaya. En otras palabras, que no tenemos ni pajolera idea de si esto ocurrió de verdad.
La cuestión es que el argumento guarda sus buenas similitudes con la mascletá que Sly montó en su cinta ochentera, solo que ahora no tenemos a un solo hombre acaparando todo el protagonismo, sino a un grupo de soldados, orgullo de las galerías de tiro de su país, a los que mandan a Afganistán. Los facinerosos, como es obvio, ya no son los soviéticos, sino los talibán de marras, a los que les ha dado por derribar torres, a poder ser gemelas (véase spoiler 2).
Lo siguiente es aliarse con uno de los señores de la guerra local. Un primo hermano del pichón con el que Stallone hizo tan buenas migas décadas atrás. Y, al igual que aquél, este gorrión nos cuenta el relato manido sobre lo malotes que son sus enemigos (recuerde: los talibán), lo inocentes que son ellos y lo tontos que son los yanquis por no enterarse "de na". Vamos, el mismo patrón usado en el 88 con los soviéticos, pero ahora con afganos buenos y afganos malos (véase spoiler 3). El resto es más o menos lo mismo.
En un intento por buscar algo potable, quizás cabría citar las interpretaciones, un poco mejores que la parálisis facial que nos dejó el asilvestrado, pero el resto viene a ser la misma chorrada simplista e increíble. Me pregunto quién se tragará estos mondongos históricos de héroes impolutos, oprimidos santurrones y opresores de tebeo.
En resumen, un Thor casi invulnerable recibiendo lecciones de un afgano muy simpático mientras se hace por fin un hombretón. Material apto para estadounidenses y para abrir úlceras de estómago. Financia Bruckheimer, por si alguien lo ha olvidado, por lo que no es buena idea usar este panfleto para enseñar historia contemporánea. Ah, y sale la "Pataky" haciendo de mujer del Hemsworth (véanse spoilers 4 y 5).
En la cinta del 88, Stallone se dejaba caer por Afganistán, que está muy bonita en esa época del año, para rescatar a Trautman, al que unos soviéticos querían hacer el teto (véase spoiler 1). ¿Y qué hacía un militar estadounidense por aquellas tierras de Dios para que lo atrapasen? Pues lo que hacen todas las potencias: apoyar al enemigo de su enemigo que, de repente, resulta ser su "best friend forever", aunque en realidad sea tan cabrón como el otro al que quieren joder. No importa, siempre habrá tiempo para darle la vuelta a la tortilla y arrojar bombas inteligentes allí donde antes se regalaban Stingers.
La cuestión es que Johnny se plantaba allí y montaba un pifostio de narices, mientras nos intentaba convencer de que los malos estaban a un lado y los buenos a otro. Y él, claro, siempre va con la caballería. Que para hacer el indio ya estaban los comunistas. Además, y aunque Johnny no añadía aquella guerra a su currículo, nos dejó patente que allí vivían unos tipos majísimos a los que todos debiéramos invitar a cenar un día de estos. Su historia terminaba con el caballero cogiendo las de Villadiego, pero no sin antes hacer un montón de coleguis afganos y dejar claro que él, al contrario que otros, "molaba tope mazo" y los tenía cuadrados.
La historia de "12 valientes", dicen, está basada en hechos reales. Reales y secretos. Bueno, secretos hasta que el periodista Doug Stanton los publicó en un libro para mayor gloria de su contabilidad personal, por supuesto. Que el libro no era gratis, vaya. En otras palabras, que no tenemos ni pajolera idea de si esto ocurrió de verdad.
La cuestión es que el argumento guarda sus buenas similitudes con la mascletá que Sly montó en su cinta ochentera, solo que ahora no tenemos a un solo hombre acaparando todo el protagonismo, sino a un grupo de soldados, orgullo de las galerías de tiro de su país, a los que mandan a Afganistán. Los facinerosos, como es obvio, ya no son los soviéticos, sino los talibán de marras, a los que les ha dado por derribar torres, a poder ser gemelas (véase spoiler 2).
Lo siguiente es aliarse con uno de los señores de la guerra local. Un primo hermano del pichón con el que Stallone hizo tan buenas migas décadas atrás. Y, al igual que aquél, este gorrión nos cuenta el relato manido sobre lo malotes que son sus enemigos (recuerde: los talibán), lo inocentes que son ellos y lo tontos que son los yanquis por no enterarse "de na". Vamos, el mismo patrón usado en el 88 con los soviéticos, pero ahora con afganos buenos y afganos malos (véase spoiler 3). El resto es más o menos lo mismo.
En un intento por buscar algo potable, quizás cabría citar las interpretaciones, un poco mejores que la parálisis facial que nos dejó el asilvestrado, pero el resto viene a ser la misma chorrada simplista e increíble. Me pregunto quién se tragará estos mondongos históricos de héroes impolutos, oprimidos santurrones y opresores de tebeo.
En resumen, un Thor casi invulnerable recibiendo lecciones de un afgano muy simpático mientras se hace por fin un hombretón. Material apto para estadounidenses y para abrir úlceras de estómago. Financia Bruckheimer, por si alguien lo ha olvidado, por lo que no es buena idea usar este panfleto para enseñar historia contemporánea. Ah, y sale la "Pataky" haciendo de mujer del Hemsworth (véanse spoilers 4 y 5).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
1) Lo de la URSS y sus líos en Afganistán es ya un clásico. Venía de perlas que andasen por allí.
2) En realidad aquí habría que hablar de Al-Qaeda y el culebrón que hay montado allí. Pero si la película no se molesta en aclarar las cosas, tampoco lo haré yo. Dejémoslo en un montón de árabes cabreados con muy mala leche. Que es una mierda de explicación (amén de mentira), pero tampoco importa mucho. Si quiere más, léase un libro de historia.
3) Como lo de Afganistán es un follón espectacular que requiere un máster en historia y geopolítica, los estadounidenses lo acaban reduciendo todo a buenos y malos. Amigos y enemigos. Héroes y malvados. Así les va.
4) Protagonizan una inocente escena en la cama. Soy malpensado. ¿Temía la hispanorumana que otra chorva tontease con su churri en el set? Que los maridos riquísimos no abundan.
5) Hay un detalle, ya citado por otro comentarista, que creo interesante volver a resaltar. Opino que cada actor interprete al personaje que quiera, siempre que tenga lógica. Por ello, esos desbarres recientes según los cuales un personaje homosexual debiera interpretarlo un actor homosexual (?) es producto de una hipoxia grave al nacer. Pero no deja de ser curioso que una película que es propaganda estadounidense la protagonice un australiano (el Chris) casado con una hispanorumana (la Pataky), ambos en el papel de perfectos estadounidenses atractivos, amantísimos y viviendo en una casita de estampa, jardín incluido.
Que no digo que un australiano y una hispanorumana no puedan ser pareja ni lograr la nacionalidad estadounidense, Dios me libre de semejante afirmación. Pero, ya que montan un numerito propagandístico patrio, parece más lógico tirar de un protagonista con "ocho apellidos estadounidenses", por hacerle el chiste a Dani Rovira. Alguien que el yanqui de a pie asocie con un miembro de su tribu, y no un australiano. Y encima es que el "aussie" y su señora son perfectos en todo. Como dice ese mismo comentarista, parecen sacados de un anuncio de "El Corte Inglés" (muy buena comparación). Aunque, claro, si se para a pensarlo, ¿compraría la gente algo de la colección de otoño de esa empresa si salieran modelos feos? Y aquí de lo que se trata es de vender.
2) En realidad aquí habría que hablar de Al-Qaeda y el culebrón que hay montado allí. Pero si la película no se molesta en aclarar las cosas, tampoco lo haré yo. Dejémoslo en un montón de árabes cabreados con muy mala leche. Que es una mierda de explicación (amén de mentira), pero tampoco importa mucho. Si quiere más, léase un libro de historia.
3) Como lo de Afganistán es un follón espectacular que requiere un máster en historia y geopolítica, los estadounidenses lo acaban reduciendo todo a buenos y malos. Amigos y enemigos. Héroes y malvados. Así les va.
4) Protagonizan una inocente escena en la cama. Soy malpensado. ¿Temía la hispanorumana que otra chorva tontease con su churri en el set? Que los maridos riquísimos no abundan.
5) Hay un detalle, ya citado por otro comentarista, que creo interesante volver a resaltar. Opino que cada actor interprete al personaje que quiera, siempre que tenga lógica. Por ello, esos desbarres recientes según los cuales un personaje homosexual debiera interpretarlo un actor homosexual (?) es producto de una hipoxia grave al nacer. Pero no deja de ser curioso que una película que es propaganda estadounidense la protagonice un australiano (el Chris) casado con una hispanorumana (la Pataky), ambos en el papel de perfectos estadounidenses atractivos, amantísimos y viviendo en una casita de estampa, jardín incluido.
Que no digo que un australiano y una hispanorumana no puedan ser pareja ni lograr la nacionalidad estadounidense, Dios me libre de semejante afirmación. Pero, ya que montan un numerito propagandístico patrio, parece más lógico tirar de un protagonista con "ocho apellidos estadounidenses", por hacerle el chiste a Dani Rovira. Alguien que el yanqui de a pie asocie con un miembro de su tribu, y no un australiano. Y encima es que el "aussie" y su señora son perfectos en todo. Como dice ese mismo comentarista, parecen sacados de un anuncio de "El Corte Inglés" (muy buena comparación). Aunque, claro, si se para a pensarlo, ¿compraría la gente algo de la colección de otoño de esa empresa si salieran modelos feos? Y aquí de lo que se trata es de vender.