Olive (Emma Stone) es una joven que pasa totalmente desapercibida entre los estudiantes de su instituto, hasta que… miente afirmando que ha perdido la virginidad. Lo que en principio era una simple mentirijilla entre amigas se acaba convirtiendo en la comidilla del lugar, dando lugar a envidias y reticencias varias. Al mismo tiempo nuestra protagonista ayudará a otros compañeros, como por ejemplo a Brandon (Dan Byrd), un chico homosexual que sufre acoso escolar. Pero lo que ella ansía es que Todd (Penn Badgley) la vea como algo más que una amiga.

El cine, y más concretamente la comedia juvenil, nos ha presentado a un buen puñado de pizpiretas pelirrojas, desde la Molly Ringwald de Dieciséis velas (Sixteen Candles) hasta la Lindsay Lohan de Chicas malas (Mean Girls). Con este largometraje se suma a dicha lista Stone, quien además es uno de los grandes reclamos del mismo.

Es importante para una producción de este tipo contar con una protagonista carismática, Emma Stone demuestra serlo y lleva con soltura (y comicidad) el peso de la película. El resto del reparto, a pesar de que sus personajes puedan resultar algo arquetípicos (véase la supercomprensiva y enrollada familia de Olive), están igualmente convincentes. Otro punto a favor lo encontraríamos en su guión (lleno de entrañables guiños y homenajes al trabajo de John Hughes), sin bien el mismo se va desinflando conforme avanza la historia, aunque afortunadamente sabe mantener el tipo con dignidad y sin recurrir a bromas de mal gusto o a demasiados clichés. Rumores y mentiras es, en definitiva, una divertida comedia, especialmente recomendable para fans de Hughes.