Caroline (Kate Hudson) abandona su impersonal trabajo en el hospital para trasladarse a la antigua mansión del matrimonio formado por Violet (Gena Rowlands) y Ben (John Hurt) para cuidar de este último, cuya enfermedad se antoja terminal. Una vez allí se le administra una llave maestra que la llevará a curiosear las distintas estancias, especialmente la misteriosa habitación del desván, cuyos secretos (junto al extraño comportamiento de Ben) la marcarán irremediablemente...

Iain Softley dirige con clasicismo esta película de terror en la que se agradece la variedad de planos con que nos obsequia y que van más allá de los típicos planos cortos y planos generales. A pesar de ello se le pueden poner un par de pegas, la primera tiene que ver con la manera de filmar los sucesos del pasado (los cuales resultan artificiales), mientras que la segunda se refiere a la celeridad con que nos introduce en la historia (casi sin presentaciones) y con que la termina (da la sensación de que en los últimos quince minutos ocurren más cosas que durante el resto de película).

También sorprende su ecléctico reparto, entre los que se encuentran los veteranos John Hurt y Gena Rowlands y una sorprendente Kate Hudson, y digo sorprendente porque mis prejuicios la asocian indisolublemente al género que transita con más asiduidad (o popularidad), la comedia romántica. El caso es que Hudson realiza una correcta interpretación, y como curiosidad destacar que además aparece mucho más guapa aquí que en sus taquilleros trabajos junto a McConaughey. A su favor también cuenta con una estupenda ambientación y fotografía y por contra con una excesiva banda sonora y un guión que depende en demasía en su "sorpresiva" resolución y que adolece de menos sustos de los esperados. A pesar de ello La llave del mal es un correcto relato de terror.