Noche de verano, cansancio acumulado, calor intenso, neuronas bajo mínimos. Antes de dormir un poco el azar y un mucho su corta duración, hacen que la elegida para ver sea “Los tres chiflados”, de esas que más de una vez te has preguntado por qué la bajaste, por qué no la borraste y ya en última instancia y sobretodo: por qué la has visto. Este tipo de películas no entiendo para qué público van dirigidas. Como es habitual, supongo que la gente que conocía, veía y le gustaban los tres chiflados clásicos (no es mi caso dado que jamás los he visto), esta le sobrará e incluso habrá como siempre indignados que la consideren una burla y casi una herejía. Por otro lado y para los amantes de la comedia, es un humor caduco (aunque no creo que nunca tuviera gracia, ni hecho por el famoso y aclamado Buster Keaton) y chorra que no creo que arrastrara a mucha gente a las salas. Quizá su mejor público sea el infantil y seguramente pase para ellos bastante desapercibida, aunque todo esto lo comento en general y sin saber como le fue entre otras cosas, en el ámbito recaudatorio.

Como comentaba, hace uso de un humor caduco basado en repetidos golpes, muletillas y gestos sobreactuados sobre un guión típico y simple. Si la saga “Este chico es un demonio” se hubiera alargado a cuando los del orfanato crecieron, este podría ser el resultado. En general es una película muy chorra que incluso se hace pesada, pero tiene algún momento prometedor, pequeños tramos más entretenidos y algún gag aceptable e incluso algún puntazo muy puntual de humor negro que me hacía plantearme que se habían equivocado al meterlo en la película dado que chirriaba de forma positiva en el anodino conjunto. Totalmente prescindible sin depender de las circunstancias. Se puede encontrar fácilmente una alternativa seguro que mejor.

Nota: 3’5