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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Ciencia ficción. Intriga. Thriller Año 2027: el ser humano está al borde de la extinción: los hombres han perdido la capacidad de procrear y se ignora por qué razon todas las mujeres del planeta se han vuelto estériles. Al mismo tiempo, el mundo se estremece cuando muere un muchacho de 18 años, la persona más joven de la Tierra. Se vive, pues, una situación de caos galopante. En tales circunstancias, Theo (Clive Owen), un desilusionado ex-activista radical de Londres ... [+]
2 de septiembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Contundente y magistral película de Alfonso Cuarón, posiblemente la mejor de una filmografía de calidad bastante solvente.

El filme se desarrolla en un futuro utópico en el que la Humanidad se ha quedado estéril. Por una pandemia desconocida, mujeres y hombres han dejado de procrear y la raza se enfrenta a un peligro real de extinción. Ello conlleva, además, continuas revueltas y movimientos rebeldes, a lo que se le une una política de un gobierno fascista y totalitario que trata a los inmigrantes como basura. Londres, en el año 2027, es el retrato del caos. Theo (Clive Owen), un antiguo activista, se verá involucrado en un asunto de vital importancia, en el que tendrá que proteger la vida de una mujer embarazada…

Cuarón adapta una novela de la escritora P.D. James elaborando un guión complejo de una premisa simple. El magnífico comienzo, en el que se muestra al espectador la cruda realidad de la situación, no es explicado por una voz en off como en otras cintas futuristas, sino que se revela a base de imágenes y conversaciones dentro de la misma trama, creando así una sensación de realismo envidiable. En ese sentido, la primera media hora es de ejecución magistral, logrando una ambientación impresionante. A partir de ahí, la película arranca y la tensión que Cuarón ha dejado entrever inicialmente va avanzando in crescendo con la historia. Es admirable que esa sensación se mantenga a tan alto nivel hasta el final, lo cual consigue a base de una gran fotografía, unas grandes interpretaciones y unos planos secuencia que harían estremecerse hasta al mismísimo Brian De Palma.

El filme es, por tanto, un prodigio de ejecución técnica. Los tonos lóbregos y grises dan una sensación de suciedad y de caos continua que acompañan muy bien al mensaje que se quiere dar, un mensaje en el que la esperanza, encarnada en la futura y bendita madre que Theo debe proteger, apenas se revela entre el frío y la inmisericordia de una sociedad totalmente deshumanizada. Los problemas que Cuarón trata, y no precisamente de refilón, son peligrosamente actuales, como es el caso del cierre de las fronteras, los campos de refugiados, la represión y la superpoblación. En “Hijos de los hombres”, como película de ciencia-ficción que es, se especula sobre los efectos a largo plazo de esos problemas (exceptuando, claro está, la extraña pandemia de esterilidad) aunque no se llevan tan al límite como en otras cintas del mismo género. Es por ello que la cinta de Cuarón siempre será más realista que cualquier otra película cuasi-apocalíptica que trate problemas parecidos, como puede ser el caso de “Elysium” (2013) de Blomkamp.

El realismo que consigue Cuarón no viene sólo por la excelente factura de la cinta, sino también por las buenas interpretaciones de sus actores. Clive Owen, no siempre magnífico pero sí resultón, consigue dar a su papel un registro muy convincente. Encarna a un hombre cansado de la lucha cuyos valores se mantienen aún incorruptibles. A Julianne Moore, con un papel esporádico, no le da tiempo a ofrecer todo lo que es capaz, pero su papel de líder revolucionario resulta interesante cuanto menos. Y, por último, el gran Michael Caine, casi irreconocible, da un toque esperpéntico a su personaje, pero siempre con una soltura admirable.

“Hijos de los hombres” es, pues, una pequeña joya que apenas equilibra un género demasiado dado últimamente a la taquilla rápida en detrimento de una buena historia. Cuarón demuestra que no hacen falta efectos especiales para ofrecer imágenes impactantes, aunque posteriormente no predique con el ejemplo en “Gravity” (2013). Eso sí, dentro del este maravilloso género, ambas son necesarias.
Richy
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